viernes, 8 de julio de 2016

“Los fantasmas” de Jesús Adrián Romero (1)

“Los fantasmas” de Jesús Adrián Romero (1)
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 156
Quisiera empezar esta reflexión partiendo de tres hechos: 1). Recordar el criterio de cuerpo que la teología paulina expone en donde la variedad no se opone a la unidad sino que la celebra y la fortalece. Todos tenemos dones, en el cuerpo no hay vacantes o cesantes. Todos somos enriquecidos y ministrados por lo que todos hacemos. Como lo ha expresado Dunn: “Pablo no dividió su concepto de cuerpo de Cristo en aquellos que ministran y los que son ministrados… la diversidad de ministerios, la función carismática, se extendió a todos los miembros”[1]. Aquí no hay miembros de segunda clase, el cantante es tan importante como el teólogo. 2). Como no ha docencia sin discencia[2], tampoco hay hacer teológico sin discernimiento. No estoy de acuerdo con todo lo que los “cantantes cristianos” cantan o expresan en sus canciones, pero creo que hay un esfuerzo sincero por parte de estos hermanos, aunque no esté de acuerdo con todo lo que cantan y dicen (debemos estar al tanto de ello aunque esto no los haga herejes o algo así), de celebrar a Dios a través de canciones y aportar un granito de arena a este proyecto como partes del cuerpo que son. 3). Debemos tener cuidado de no volvernos "cazadores de herejías" en donde solo diferimos tal vez en forma. Aquí vale la pena recordar la máxima agustiniana: “en lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad”. Me impresiona la tendencia evangélica de los “cazadores de herejías de YOUTUBE y FACEBOOK” que sacan predicaciones y frases fuera de contexto para denigrar y rebajar al otro. No estoy diciendo que debemos aceptarlo todo, pero debemos aprender a dialogar e incluso, a disentir. Hoy, mientras la Iglesia católica habla de misericordia y los sacerdotes abren sus brazos, nosotros predicamos y actuamos inmisericordemente  y nos ponemos los guantes.
            Desde hace algún tiempo, el cantante y pastor mexicano Jesús Adrián Romero (De aquí en adelante JAR) ha sido criticado por algunas declaraciones suyas frente a las cámaras en entrevistas, predicaciones suyas en el pulpito de su iglesia y, especialmente, por declaraciones en sus canciones. Debo reconocerlo, algunas de esas críticas están bien merecidas, no obstante valoro el hecho de que se atreva a opinar y a poner en la “mesa teológica” algunos asuntos que puedan levantar espinas. La teología nace en la crisis, en lo duro del camino y en lo denso de la niebla. Aunque JAR no es “teólogo de formación” si lo es de acción y lo que dice y canta son expresiones teológicas. Frente a esto tengo que decir que ningún predicador o cantante puede escapar del escenario teológico, que lo que dice y canta lo hace desde algunas convicciones teológicas con las cuales podemos o no estar de acuerdo. Además… ¿salidas en falso?, todos las tenemos, solo que por no ser tan “públicos” no se nos notan. No son tan evidentes. Todo lo anterior lo expreso pensando en una canción en particular de JAR, “Que huyan los fantasmas”[3]. El problema para algunos es el uso del término “fantasmas” en la canción y algunos detalles más (el piano que se toca solo, por ejemplo). Como si la Biblia fuera descartada, o digna de sospecha, por que usa las palabras “demonios”, “diablo” o “satanás”. “Que huyan los fantasmas-dice la canción- que reine en mi la calma, que corra en mi tu amor como un río. Que llegue a los rincones profundos de mi alma, que inunde de tu paz rodo mi interior”. La canción, creo, pide, como cualquier salmo Bíblico, la acción de Dios sobre la vida del poeta, usando categorías propias de la lírica y la poesía (sino dejaría de serlo). Frente a esto digo lo siguiente.
            1). En gramática existen los conceptos de “diacronía” y la “sincronía” para hablar de los términos, su uso y desarrollo. “Sincronía” tiene que ver con el significado del término cuando este apareció o se formó. Por su parte “diacronía” tiene que ver con el o los significados que a través del tiempo el término ha sufrido o se le han adjudicado. La palabra “santo” en el AT es un ejemplo claro de ello, entre otros. Por esto, y porque soy también pastor y consejero, estoy “casi seguro” que la palabra “fantasma” en la canción la usa el autor como una categoría amplia para hablar de todo aquello que nos apabulla (incluyendo a los demonios), que nos paraliza, nos atemoriza y de cómo esto puede ser cambiado por la obra de Dios, por el evangelio. Hablamos así hoy cuando decimos que esta o aquella persona “fue libre de sus fantasmas”.  
2). No olvidemos que estamos frente a un asunto lírico o poético, en donde el lenguaje es distinto al narrativo, legal o lógico. Si quitamos la poesía y la metáfora, matamos el lenguaje. Cuando alguien nos dice “esa mujer me robo el corazón”, no se nos ocurre responder: “debes demandarla esa es una conducta  punible”.
 3). Debemos superar el "falso dilema" entre teología y música, en la Biblia música y teología van por un mismo carril, véase Dt 32, por ejemplo.
4). Los músicos no tienen que ser "teólogos" profesionales así como los teólogos no tienen por qué ser "músicos" profesionales. Los dos son parte del cuerpo de Cristo y hay una mutualidad (o debe haberla). La envidia, el individualismo y la baja autoestima impiden el desarrollo del cuerpo según Pablo en Corintios 12. Continuara.



[1] DUNN, James. Del evangelio a los evangelios. San Pablo- Bogotá, 20014, p. 191.
[2] FREIRE, Paulo. Pedagogía de la autonomía. Paz e a terra S.A, 2004, p. 8.

3 comentarios:

  1. Según su "Teología" Introducir conceptos ajenos al cristianismo y a todas luces contrarios al espíritu de la escritura no es una Herejía?

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  2. Deme por favor un ejemplo de ello y con todo gusto le respondo.

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  3. Muy de acuerdo contigo pastor Jovanni, lamentablemente existen los extremos, y desde los extremos hay respuestas solo reaccionarias. Creo que el lenguaje debe ser bien usado, más no caer en la sacralización atrevida que algunos hacen. Nuestro idioma es muy rico y diverso, se desarrolla y evoluciona de muchas formas (uso el término evolución no en los términos científicos estrictos... para evitar se me malinterprete). Creo que el llamado sigue siendo a un estudio serio, concienzudo y reverente de las verdades de la escritura. Y como dijo Juan Stam: De la ignorancia que nos lleva a creer que conocemos toda la verdad, que no nos ayuda aceptar nuevas verdades, y que no nos permite corregir las personales, Líbranos Señor (es solo una forma parafraseada del original).

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