martes, 12 de marzo de 2024

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA PARA TIEMPOS DE CRISIS (3)

 

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA (3).

Disciplinas espirituales a la luz de la oración de Habacuc

Hab 2:20-3:19

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3. LA DISCIPLINA DE LA ORACIÓN.

El profeta dice: “¡Señor, aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la misericordia!” (Hab 3:2b). Es la oración sincera que lo capacita para caminar, para transitar los caminos que la Palabra ha trazado, desandando a la vez los suyos. El profeta ha luchado, ha discutido, ha sufrido, pero se deja vencer, y su derrota es su mayor victoria. La oración es una lucha de la que saldremos siempre vencidos. La oración es un encuentro de voluntades, la nuestra y la de Dios, en el que finalmente seremos "vencidos". Por ello creo, que nuestro gran enemigo en la oración no es la pereza, sino el miedo: tememos profundamente salir vencidos, perder el control, tememos quedar en las manos del padre, ser acogidos por él; ser amados por él[1].

Habacuc pide a Dios que entre en la historia, le dice que actúe, que traiga avivamiento, que entre a juzgar y hacer mejores las vicisitudes que están afrontando de manera confusa y a veces perversa: “aviva tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer…”. ¡Muévete Señor, entra y revuélvenos la vida! Pide cacao, antes el problema era porque Dios no actuaba ahora le problema es que Dios va actuar: “¡en la ira acuérdate de la misericordia!”, acuérdate de dejar siempre la puerta abierta, acuérdate de dejar siempre abierta la posibilidad de la conversión, del arrepentimiento. Que no se te vaya a ir la mano Señor (Salm 30:5). La ira (Dios no es neutral), la misericordia (Dios no es brutal). Tenemos que prepararnos no para reprender al diablo sino para llegar con actitud humilde y en oración decirle al Señor: “he oído tu Palabra…”.

 Consejos prácticos para la disciplina de la oración:

1. Comienza con adoración, alabando, adorando y glorificando a Dios. Algo que te puede ayudar es incorporar a tu alabanza versículos de la Biblia.

 2. Después de alabarlo y adorarlo, pasa a la confesión: reconoce tus pecados y pide perdón.

 3. Luego pasa a la acción de gracias: expresa tu gratitud por todo lo que el Señor ha hecho y sigue haciendo por ti.

 4. Seguidamente preséntale tus súplicas por ti mismo y por los demás.

 5. También es productivo combinar la oración con la lectura de la Biblia y la meditación.

 

“La oración es un diálogo que cambia vidas”, John White. “La historia pertenece a los intercesores”, Juan Stam.

 4. LA DISCIPLINA DEL RECUERDO (DE LA HISTORIA).

El profeta declara: “Dios viene de Temán; el Santo, desde el monte Parán. Selah

»Su gloria cubrió los cielos, la tierra se llenó de su alabanza. Su resplandor es como la luz. Rayos brillantes salen de su mano; allí está escondido su poder. Delante de su rostro va la mortandad, y tras sus pies salen carbones encendidos. Se levanta y mide la tierra; mira, y se estremecen las naciones. Los montes antiguos se desmoronan, los collados antiguos se derrumban; pero sus caminos son eternos. »He visto las tiendas de Cusán en aflicción; las tiendas de la tierra de Madián tiemblan. ¿Te has airado, Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos te has airado? ¿Arde tu ira contra el mar cuando montas en tus caballos, en tus carros de victoria? »Tienes tu arco preparado; los juramentos a las tribus fueron palabra segura. Selah »Has hendido la tierra con los ríos. 10 Te ven los montes y temen; pasa la inundación; el abismo deja oír su voz y alza sus manos a lo alto. 11 El sol y la luna se detienen en su lugar, a la luz de tus saetas que cruzan, al resplandor de tu refulgente lanza. 12 Con ira pisas la tierra, con furor pisoteas las naciones. 13 Has salido para socorrer a tu pueblo, para socorrer a tu ungido. Has abatido la cabeza de la casa del impío, has descubierto el cimiento hasta la roca. Selah 14 »Traspasaste con sus propios dardos las cabezas de sus guerreros, que como tempestad acometieron para dispersarme, regocijados como si fueran a devorar al pobre en secreto. 15 »Caminas en el mar con tus caballos, sobre la mole de las muchas aguas”.

 Una de las características de la fe judeo cristiana es que se alimenta del recuerdo: las comunidades siempre miraban hacia tras para encontrar en el pasado el “paso de Dios por la historia”, y de cómo ese paso de Dios por la historia les abría nuevos caminos de esperanza y horizontes de libertad (Dt 8; Heb 11-12; Rom 10:17; 1 Cor 11:27-32). El profeta recuerda, hace memoria de la historia, la historia de liberación. Recuerda la historia del éxodo dinámicas liberadoras (menciones históricas y simbólicas). “Israel siempre vio el éxodo como modelo de la acción de Dios en la historia”[2]. El éxodo tuvo un propósito político: liberar al pueblo de la opresión, Dios está del lado de las victimas (v. 15; Cp. Salm 103:6) y un propósito misiológico: que le pueblo estuvieras al servicio de Dios, que venciera la tentación de ser un “opresor más” y que las naciones conocieran al Señor que libera.

 Algunos concejos para incluir a la experiencia de fe la disciplina del recuerdo, la fe como experiencia ubicada y situada[3]:

1. Tenemos raíces. No partimos de cero.

Toda colectividad, y todo individuo, que pierde sus raíces están a punto de perder su identidad.

 2. La historia nos brinda una lección de humildad.

 3. La historia nos ayuda a comprender muchos problemas teológicos.

 4. La historia nos ayuda a entender realidades sociales y eclesiásticas.

 5. La historia puede convertirse en fuente de consolación (Heb 11:1-12:3). Continuará.



[1] “Ya no quiero luchar, Ya no quiero pelear. Hago a un lado las armas En las que confiaba y dejo ganar. Me ha vencido tu amor, y tu buen corazón, He venido a rendirme a tus pies y decirte te doy el control…”. J.A.R

[2] BRENEMAN, Mervin. Liberación, Éxodo y Biblia: el concepto Bíblico de la liberación. Caribe-Miami, 1975, p. 17.

[3] ROPERO, Alfonso. Historia, fe y Dios: la importancia de la historia del cristianismo para la iglesia de hoy.  Clie-Barlenona, 1995, p. 10-13.

viernes, 1 de marzo de 2024

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA PARA TIEMPOS DE CRISIS (2)

 

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA PARA TIEMPOS DE CRISIS (2)

Disciplinas espirituales a la luz de la oración de Habacuc

Hab 2:20-3:19

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 203

2. LA DISCIPLINA DE LA PALABRA (ESTUDIO).

El profeta declara: “¡Señor, he oído tu palabra, y temí!”. Habacuc, el profeta cargado, después de llamar al silencio dice que se ha sometido a la escucha de la Palabra del Señor. La escucha atenta de la Palabra de Dios como fuente de sentido y significado lo ha llevado “al temor”, a la adoración, al acogimiento humilde y sincero de esta. No es un acogimiento ingenuo e irreflexivo, no; ha guerreado, ha discutido, ha peleado. Ahora sabe que más allá de su teología Dios sigue estando allí (Salm 119:105). La Palabra oída y acogida es insumo para el camino, alumbra las oscuridades, disipa las tinieblas: las tinieblas teológicas, pero también las tinieblas existenciales. Hay una estrecha relación entre “Palabra y vida” (camino).

Dice Brueggemann: “… uno de los presentes más valiosos que puede hacernos la Biblia es darnos un marco de referencia para la vida. En este marco deberemos tomar aún importantes decisiones acerca del mundo, de la libertad y la responsabilidad… nos proporciona una identidad alternativa, una manera alternativa de entendernos a nosotros mismos, un modo alternativo de relacionarnos con el mundo; nos reta a repensarnos y nos invita a unirnos a la peregrinación de aquellos que viven en los despojos de la historia, con empatía, al abrigo de un Dios aliado que también peregrina por la historia. Este modo de entender la vida nos expone al dolor (crucifixiones), pero también a las sorpresas reparadoras del resurgir de la vida (resurrecciones) que se manifiestan en nuestra cotidianidad”[1].

              Quisiera terminar esto con algunos consejos prácticos para sacar provecho de nuestra lectura de la Biblia y poder como Habacuc ser llevados por elle a la adoración y al recogimiento. Desde espirituales antiguas heredamos el modelo de “lectio divina” o “lectura orante del texto bíblico”. Consta de cuatro tiempos. Aquí esta:

 1. Leer las Escrituras para escuchar a Dios.

Debes sentarte en reposo frente al texto para que este te lea.

 

2. Callar para meditar en lo que Dios te está diciendo.

Guarda silencio frente al texto que has leído para “interiorizarlo”

(Pensarlo sin decir palabra alguna).

 

3. Imaginar para que te identifiques.

Busca hacer empatía (ponerte en los zapatos de) con una persona o situación del texto meditado.

 

4. Orar para que respondas.

Haz una oración firme que, de acuerdo a las verdades contenidas en el texto, te lleve a la decisión de vivir la Palabra de Dios. La oración debe ser en primera persona del singular.

 

Un extra…

“CONFUSIÓN BÍBLICA”

Se le preguntó a un joven que ingresaba al seminario Bíblico

¿Cuál parte de la Biblia era la que más le gustaba?

 -          Bueno, lo que más me gusta es el Nuevo Testamento, contestó él.

-          ¿Cuál libro del Nuevo Testamento es el que te gusta?,

Quería saber el entrevistador.

 -          Ah, con seguridad, el que más me agrada es el libro de Parábolas,

Contestó el novato.

 -          ¿Tendrías la amabilidad de relatarme una de esas parábolas?

Inquirió el entrevistador.

 El novato accedió diciendo:

 Hubo una vez un hombre que descendió de Jerusalén a Jericó y cayo entre ladrones.

Allí los espinos crecieron hasta ahogarlo.  Luego salió de allí y conoció a la reina Saba, la cual dio a ese hombre mil talentos de oro y plata y cien mudas de ropa.

 Después el subió a su carroza y condujo alocadamente y al pasar debajo de un gran árbol su cabello se enredó en una rama donde quedo colgado.  Permaneció colgado allí durante muchos días y muchas noches, los cuervos le traían de comer y beber.

 Una noche mientras dormía colgado, su esposa Dalila, vino y cortó el cabello y cayó sobre pedregales. Después comenzó a llover y llovió durante 40 días y 40 noches.

 Y él se escondió en una cueva.  Luego salió y conoció a un hombre y le dijo: “Ven a cenar conmigo a mi cueva”, pero el hombre contestó: “No puedo pues he tomado esposa”, así que el habitante de la cueva fue a la salida de los caminos y urgía a la gente que se esterase.

 Siguió y llegó hasta Jericó donde vio a la reina Jezabel asomada a una ventana en lo alto y cuando ella lo vio, se rio y él le dijo: “Volved a echarla abajo”, Y la echaron abajo setenta veces siete y con los fragmentos llenaron doce cestas. Y ahora, lo que quiero saber es: ¿De quién será esa mujer el día de la resurrección?”

 Ahora dime tú querido pastor ¿a qué libro de la biblia pertenece esta parábola? 

Continuará.



[1] BRUEGGEMANN, Walter. La Biblia, fuente de sentido. Claret-Barcelona, 2003, p. 17, 19.

jueves, 22 de febrero de 2024

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA PARA TIEMPOS DE CRISIS (1)

 

ESPIRITUALIDAD PROFÉTICA PARA TIEMPOS DE CRISIS (1)

Disciplinas espirituales a la luz de la oración de Habacuc

Hab 2:20-3:19

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 204

            La disciplina puede ser definida como la capacidad que puede ser desarrollada por cualquier ser humano y que implica, para toda circunstancia, la puesta en práctica de una acción ordenada y perseverante, para obtener un bien o fin determinado. En el caso del pastor ese bien a obtener será el cumplimiento del propósito de Dios con altura a través de la dependencia del Señor, reverencia frente a su Palabra y relevancia frente a tu auditorio: actualizando la presencia de Cristo y su obra en la vida de aquellos a quienes ministra. El cultivo de algunas disciplinas nos ayudará en este propósito y nos alejará de la “superficialidad”, a la que Foster llama “la maldición de nuestro tiempo”[1], acercándonos a una vida espiritual profunda. En estos días, tomando como referencia la experiencia del profeta Habacuc[2], hablaremos de seis disciplinas, estas son: el silencio, la Palabra, la oración, la historia (memoria), la debilidad y la alabanza. Estas disciplinas (entre otras), tendrán en nosotros básicamente tres resultados. El primero es que evitaremos una vida superficial y tendremos una experiencia de fe mucho más profunda. El segundo resultado será el de experimentar la unción del Espíritu Santo sobre nuestras vidas y ministerios. Spurgeon acostumbraba a decir que “unción es aquello que es imposible definir, pero que usted siempre sabe cuándo está presente y puede usualmente decir cuando está ausente”[3]. En tercer lugar, lograremos ser más relevantes frente a nuestros auditorios. Pero aclaro, las disciplinas serán siempre medio, nunca fin, nunca leyes. Veamos.

            1. LA DISCIPLINA DEL SILENCIO.

El profeta dice: “Pero el Señor está en su santo templo: ¡guarde silencio delante de él toda la tierra!” (Hab 2:20, DHH). Muchas voces. Mucho ruido. Una de las características sobresalientes en nuestra realidad occidental es que hablamos muchos y mucho. El arte de escuchar empática y atentamente, que presupone el silencio, se nos ha venido degradando en el transcurso de los últimos años, al parecer, porque la tendencia actual consiste en pronunciarnos cuanto más podamos a través de todos los recursos conocidos. Tantas voces aturden al mundo, lo confunden –inclusive lo desorientan- por las “verdades” que cada una de ellas presume, pregona, defiende… en fin. Tanto es así el asunto que se ha dicho que hoy “el silencio es un lujo”. Vivimos en un mundo en el que el poder más terrible es el del ruido. El silencio es el lujo más caro. Los niños tienen miedo al silencio, pero los adultos también. Por esto nos ponen música en los ascensores, en la espera de la llamada, en el baño, etc[4].

            Desafortunadamente hemos perdido el valor del “silencio activo” tan cercano a la escucha (Sant 1:26). Hemos perdido igualmente nuestra capacidad de atención (Déficit de atención y sobre estimulación). Necesitamos recuperar el silencio y la capacidad de escucha. Es la única forma de reconocernos desde la interioridad y reconocer también a otros. Los pastores estamos hablando todo el tiempo: predicamos, aconsejamos, exhortamos, regañamos. Nuestros cultos y celebraciones están llenos de música, por todos lados hay piano, batería, guitarra, bajo, tambor. Pero, ¿Dónde están los espacios dispuestos para el silencio? En Habacuc, el silencio es también una forma de adoración y reconocimiento. Para el profeta significaba dejar de hablar y prepararse para la escucha y el actuar de Dios.

            Necesitamos hoy “silencios” programados que nos ayuden a escucharnos mejor a nosotros mismos, a los demás y a Dios. Necesitamos “silencios” para contrarrestar la tiranía del ruido, para elaborar mejores respuestas y para traer a la vida renovación. Muchos de los desgastes que vivimos a nivel personal y ministerial se deben a la falta de silencio y a la mucha palabrería que viene del activismo. Los desgastes producen irritaciones y estas a su vez generan malas relaciones (Libera tensiones, desestresa y nos libera de actuar mecánicamente).  La iglesia necesita que de vez en cuando su pastor se calle, guarde silencio activo y fecundo trayendo renovación y unción fresca (no es la tecnología sino la relación). Necesitamos los pastores superar el síndrome de “enciclopedia”, la trampa de la complicación (complejo) y la ocupación. Necesitamos silencio para dejar de ser nosotros el centro, la voz oficial, y darles a otros la posibilidad de expresarse, celebrando así el criterio carismático de la iglesia.

            El silencio no es pecado, es el reconocimiento de los nuestros, de que Dios está en control, que esto no depende de nosotros, de que nuestra palabra no es la última ni la más adecuada a veces. Necesitamos silencio para encontrarnos con Dios como le pasó a Elías (1 Rey 19:12) o a Zacarías (Lc 1:20). La iglesia también debe a prender a callar y a reconocerse para adorar. Los músicos también deben guardar silencio. De hecho, en música, el silencio es lenguaje y expresión también. En el silencio nosotros no somos los protagonistas. Es Dios quien tiene que serlo. El silencio desemboca en la presencia del Señor y la respuesta vendrá siempre. No basta con no hablar, sino que hace falta acallar el ruido que producen nuestros pensamientos, preocupaciones, pasiones y sentimientos. Se requiere de un movimiento de renuncia, de salir de nosotros mismos y de nuestro mundito interno para abrirnos al otro. ¡Callamos para que Dios actúe! Alguien dijo que le gustaba tanto “la disciplina del silencio” que demoraría horas hablando de esto”.

            Como lo hacemos. Aquí algunos consejos.

1. Tiempos a solas en ayuno y/o lectura de la Biblia (“El sabio en su retiro es útil a la comunidad”).

2. Tiempos de ayuno de “tecnología”: separación programada de las redes sociales y teléfonos celulares (tiranía de la urgencia).

3. Guiar a la iglesia en los cultos a callar frente a lo escuchado (“Piense un momento allí en silencio esto o aquello”).

4. Seguir el consejo de Santiago: que cada palabra y acción este precedida de una reflexión. Recuerde que por algo tenemos dos oídos y una sola boca. Pensar y oír bien antes de hablar. No interrumpir a los demás (No es callar para responder sino para entender y comprender).

5. Compartir más el ministerio de la predicación; alejarse del pulpito de manera programada y adrede.

6. Dejar que los niños en casa se expresen, tratar de no imponerse.

7. Escribir notas de reflexión sobre la palabra oída: volver una y otra vez a la Palabra del domingo.

            Silencio activo, fecundo y creativo: “cuando Dios está en silencio es porque está trabajando”. Así las cosas: el Señor está en su santo templo: ¡guarde silencio delante de él toda la tierra!”.

continuará.

 

 

 

 

             

           



[1] FOSTER, Richard. Alabanza a la disciplina. Betania-Miami, 1986, p 15.

[2] Habacuc, profeta “interpelador de Yahvé” (no habla de Dios para el pueblo sino del pueblo para Dios), se queja de Dios y ante Dios porque ante la violencia y la corrupción vividas parece guardar silencio y no hacer nada. En Habacuc la corrupción tiene, al menos, tres fuentes: la corrupción política, la corrupción de la justicia y la corrupción social. Se cree que su ministerio se desarrolla en Judá, reino del sur, para los años 609-597 durante el reinado de Joaquín quien era rey vasallo de Egipto. El profeta tiene literalmente una carga, la lectura de la realidad política y social lo ha cargado. Es un hombre “cargado”, afectado por la realidad que lee, vive e interpreta; involucrado en sus realidades. No ha profeta sin carga, esta surge de un encuentro, el encuentro entre la Palabra y la realidad.

[3] ALEXANDER, Erick, Las ocho proposiciones de la predicación expositiva. Cartilla de “Escuelitas de exposición Bíblica”, p 29. Material no publicado.

[4] La conversación natural la hemos cambiado por el ruido, por el sofoco constante, por el alejamiento de nuestra condición; temerosos siempre. Somos seres que huimos de nuestra naturaleza y hemos diseñado las formas y los mecanismos para hacerlo. Miramos ansiosos las pantallas de nuestros televisores, computadores o teléfonos, siempre deseosos de algo o alguien que nos rescate de la angustia que nos provocamos. Esperamos que alguna noticia, aún la más intrascendente, nos eleve de la serenidad hasta la euforia superficial y pasajera.  Aunque sean noticias dolorosas, preferimos el vértigo a la inteligible serenidad. Pobres como somos, no podemos pagar el enorme lujo del silencio

miércoles, 7 de febrero de 2024

SE QUEDÓ CONMIGO EN EL FRACASO

 

“SE QUEDÓ CONMIGO EN EL FRACASO”

Ez 1

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 203

Desde la crisis del exilio que vivió el Pueblo de Israel, reino del norte y reino del sur, a los profetas se les clasifica como: pre-exilicos, exilicos y pos -exilicos. El mensaje de los profetas Pre-exilicos se centra en advertirle al pueblo sobre la necesidad de revisar la vida, arrepentirse, para no “perder la tierra”, esto es: vivir el éxodo al revés; ya en el exilio, el mensaje de los profetas exílicos se centra en el consuelo y la esperanza para un pueblo fracturado por la crisis (surge aquí la idea de la esperanza mesiánica) y, el mensaje de los profetas Pos-exilicos se ubica en la necesidad de la reconstrucción después de la tragedia.

            Ezequiel, un sacerdote que se volvió Profeta, ejerció su labor entre los años 593 y 571 a. C. Su rol profético lo desempeño entre los exiliados en Babilonia. Es entendible este cambio de rol, ante la ausencia del templo y sus sacrificios, Ezequiel migra hacia el rol profético, mostrando así la capacidad para adaptarse a los momentos que vivía su pueblo y seguir sirviendo “de otras maneras”. El libro es fascinante, en lo particular, me atrae el uso de las imágenes en el mensaje profético. Las imágenes como dramatización y puestas en escena del mensaje están por todo el libro. Claro, nosotros somos hijos del discurso, de la predicación formal de los “tres puntos” tipo retorica aristotélica; pero, hay un poder sin igual en el Performance del profeta. Nunca me dijeron esto en clase de homilética.   En el capítulo 1 del libro que lleva su nombre, nombre que traduce “El Señor es mi fuerza”, se nos presenta, con imágenes y lenguajes propios de su tiempo y cultura Babilonia (seres alados, espíritus etc), un majestuoso cuadro de la presencia de Dios, presencia que escapa del lenguaje del profeta y que describe “era como”; asunto este que nos comunica, entre otras cosas, por un lado, la importancia de comunicar el mensaje según categorías culturales y, por otro, una Teología humilde que no afirma categóricamente sino que se acerca a misterio “como”.

            Pero, esa presentación majestuosa de Dios en el capítulo 1 cumple, creo, tres funciones: 1). Hablarnos de la vocación del profeta, la mamera en la que fue llamado o convocado; 2). Comunica la idea de que Dios es soberano, está en control. Recordemos que, según la creencia de ese tiempo, si un pueblo vencía a otro, era también vencido su dios, así, los dioses babilonios serían los vencedores y Yahvé, el dios vencido. Y, desde esa verdad de la soberanía es que se “enjuicia” a las naciones: No se les juzga porque no se han convertido, ritualmente y formalmente, al Dios de Israel, o, porque no son “evangélicas o cristianas”; la idea no era Yaveizar al mundo, se les juzga por asuntos de corrupción política e injusticia social: se critica, por ejemplo, el imperialismo del príncipe de Tiro (Ez 28) y la falta de justicia social y solidaridad de Babilonia (Ez 16:21-52).

            3). Pero, sobre todo, el texto presenta la imagen de un Dios moviéndose, de un Dios que se exilia también con su pueblo. El pueblo se equivocó, claro; se le advirtió, también; pero Dios se fue con los “equivocados”. Que buena noticia frente a Teologías inamovibles y fijas que defienden el “carácter de Dios”, pero que no atienden la tragedia humana. En el exilio y nuestros exilios, Dios también está, se mueve para buscarnos, para salvarnos. Por eso tal vez el capítulo 1 cierre evocando al “arco iris” como memoria del Perdón y la Gracia de Dios. 

Canta Jesús Adrián Romero: “Se quedó conmigo en el fracaso, en mi oscuridad y mis momentos bajos. Y a pesar de conocerme tal cual soy, se quedó. Se quedó conmigo y sin reproche, y él me acompañó cuando perdí mi norte, y a pesar de conocerme tal cual soy, se quedó”.

Sí, DIOS SE QUEDÓ CONMIGO EN EL FRACASO. No obstante, ¿te quedarías tú también conmigo, o me darás la espalda cuando descubras que soy defectuoso? A veces nuestra Teología de la Salvación es muy corta, fija e inamovible; solo alcanza para los que no están exiliados (los impecables), pero, nada tiene que decirles a los que se fueron, a los exiliados (los pecadores).  No obstante, DIOS SIGUE MOVIENDOSE más allá del templo y las teologías fijas, inamovibles e incuestionables. “Y vino su gloria”, dijo Juan respecto a Jesús, Dios se movió y se vistió de campesino, de humanidad.

 

 

jueves, 11 de enero de 2024

La esperanza de los feos

 

LA ESPERANZA DE LOS FEOS.

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La canción entonada por María (“La pobre de Nazaret”, diría Mazariegos), como resultado de la acción de Dios en su vida y la forma en la que esto impactará la historia de su pueblo, no canta sobre eso bonito que nos pasará cuando estemos allá en el cielo, celebra la revolución que va a empezar pues el cielo ha llegado a la tierra. Es, en categorías de los años 60, 70 y 80, una “Canción social o canción protesta”. Y, cuando de Revolución se trata, es más efectivo cantarla que repetirla en discursos, pues, como dijo Tomas Mann: "Toda música es políticamente sospechosa".

     La canción se inserta en una tradición de “Mujeres cantoras”, mujeres que cantan y celebran el hecho de que se les ha hecho justicia frente a sus realidades de desventajas, atropellos y abusos. Celebran: el triunfo de la justicia sobre los que buscan perpetuar la iniquidad, de la paz sobre los que quieren que las guerras permanezcan por siempre y de la vida plena, sobre los que conciben planes de muerte.

 1. Miriam o María, la hermana de Moisés. “El opresor ha sido sepultado en el Mar”, cantaba María ante la Liberación de su pueblo esclavo en Egipto.

2. Débora, una juez, o, realmente, “caudillo”. Contra las fuerzas opresoras de Sísara se plantó y cantó la victoria de Dios. Las mujeres que cantan así-dice Lee Grady-son peligrosas.

3. Ana, la mamá de Samuel. Canta el hecho de que Dios la ha salvado de la burla de Penina y la apatía de su esposo. En ese mundo donde la infertilidad y la enfermedad eran castigos divinos, Dios se hace al lado de los “que sufren”; de aquellos que, no solo tienen que cargar con el dolor de la enfermedad sino también con el hecho de decir que el enfermo lo es por algún pecado. No hay nada más inhumano que eso.

     No son las típicas mujeres que vemos hoy en los “grupos de danza” con panderetas, no; eran mujeres plantadas frente al poder y la opresión diciendo: “Dios nos va a liberar, Dios nos liberó”. Como la persona que se “encadena” en la clínica pidiendo justicia frente a la enfermedad de un querido; como la victima de violación que enfrenta a su violador y lo desenmascara. Los griegos llamaron a esto, “Parresia”, “Pan” significa “todo” y “Reo”, “decir”: decir valientemente todo lo que uno tiene que decir a quien fuere sin callarse nada, es decir, hablar con franqueza y sin miedo (Efe 6:20).

     María canta del poder de Dios (vv.51-53). Así lo expresa: “Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos”. Aquí se presenta UNA INVERSIÓN DE LA PIRÁMIDE SOCIAL: los poderosos, orgullosos y ricos son despojados de su condición; mientras que los pobres y hambrientos son complacidos por Dios. De esta manera esta canción es verdaderamente revolucionaria. La obra de Dios en María y en todo el pueblo trayendo al Mesías presenta UNA REVOLUCIÓN MORAL: “esparció a los soberbios”; UNA REVOLUCIÓN SOCIAL: “quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a los humildes”; y UNA REVOLUCIÓN ECONÓMICA: “a los hambrientos sació de bienes y a los ricos despidió vacíos”. Es mi hijo, dice la campesina, el nos sacará el atolladero en el que estamos, tenemos esperanza. 

 Preguntaba Alfonso, personaje principal de “La Melancolía de los feos” (Novela de Mario Mendoza), rechazado y marginado social por su fealdad y condición física: “¿Cuándo iban a triunfar los desposeídos del mundo, los feos, el pueblo que vivía lejos del castillo?".

 El evangelio es esperanza, especialmente para esos olvidados, para los pobres (del alma y del bolsillo), para, diría Galeano, “Los nadie”. En palabras de Pablo: “Los débiles”. Así lo expresó: “Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles…”. Lo que hace que el evangelio sea ofensivo y escandaloso no es a quien deja fuera, sino a quien deja entrar.

 Yo también soy hijo de la campesina, de Veneranda Doria, yo también soy un “feo” salvado y siendo instrumento de esperanza para otros. El evangelio, LA ESPERANZA DE LOS FEOS.

domingo, 19 de noviembre de 2023

LA FE EN TIEMPOS DE HAMBRE

 LA FE EN TIEMPOS DE HAMBRE

Gen 26

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 201

El hambre duele, lastima y provoca… geográficamente: migraciones, salidas, éxodos; emocionalmente:  frustración, miedo, inseguridad, acortamiento de los horizontes; físicamente: desgastes, decaimiento, muerte; moralmente: nos pone frente a lo fundamental, los límites de lo bueno y lo malo, lo prohibido y lo permitido; socialmente: el hambre es un generador de violencias y un causante de malestares sociales. El hambre tiene causas políticas y naturales. 

Martín Caparrós, periodista que ha documentado ampliamente la experiencia del hambre, dice: “Conocemos el hambre, estamos acostumbrados al hambre: sentimos hambre dos, tres veces al día. No hay nada más frecuente, más constante, más presente en nuestras vidas que el hambre -y, al mismo tiempo, para muchos de nosotros, nada más lejano que el hambre verdadera”. Caparrós recorrió la geografía del hambre, desde la India, Bangladesh, Níger, Kenia y Sudán hasta naciones desarrolladas como Estados Unidos y España. Allí encontró a quienes, por distintas razones -sequías, pobreza extrema, guerras, marginación-, sufren hambre. De sus historias está hecha su investigación “El Hambre”, y de las historias de quienes trabajan en condiciones muy precarias para paliarla, y las de quienes especulan con los alimentos y hambrean a tanta gente. Y, por desgracia, sigue tan vigente. Discurre sobre los mecanismos que hacen que casi mil millones de personas no coman lo que necesitan.

En el texto Dios invita a Isaac a quedarse en Gerar, tierra desértica, contra todos los pronósticos. Tomemos esta “invitación” como eje para mirar el texto y para nuestra reflexión. Veamos este texto en tres grande bloques o partes.

            1. GERAR ANUNCIADO, VV. 1-5. En tiempos de hambre Dios invita a Isaac, contra todos los pronósticos, a “migrar” a Gerar, “tierra desértica” en vez de Egipto, la opción más viable, tierra con más abundancia. En su condición vulnerable de migrante y forastero Dios promete estar con él y bendecirlo. En Levíticos 19 ser santo era, entre otras, acoger bien al inmigrante. La “bendición” a Isaac estará conectada con la promesa a Abraham: “en ti serán benditas todas las familias de la tierra”. A Isaac se le recuerda que la bendición no tiene un fin en sí misma, que la bendición para que no se corrompa o se pervierta debe circular, que la bendición tiene un horizonte superior más allá del individuo o del clan. Será bendecido para bendecir. En ese tiempo las tribus no se bendecían, se conquistaban, se peleaban, se destruían; Isaac es invitado a actuar “contra cultura”. La bendición, diríamos, tiene un horizonte evangélico (Gal 3:8). HOY, dale gracias a Dios por llevarte al lugar donde estas, dale gracias por lo que tienes, pero también, pregúntate, ¿a quién puede bendecir con lo que Dios me ha dado? Haz algo “contra cultura”, comparte.  

              2. GERAR HABITADO, VV. 6- 22. Con la llegada a Gerar y la habitación llegan los problemas, aparecen los conflictos. En lo personal Isaac miente por miedo para guardar su pellejo (poniendo en riesgo a su esposa). La mentira es un patrón patriarcal y un “recurso en tiempos de peligro”: se da con Abraham, Isaac también miente y Jacob, quien llegará a ser “la tapa del frasco”, hace lo propio. Abimelec, rey filisteo, se muestra más piadoso y con una ética más alta que la del mismo Patriarca “elegido” Isaac. Dios trabaja con vida rotas; Dios escribe recto en renglones torcidos; Dios se mueve entre nuestras luces y nuestras sombras. Su gracia es más fuerte que nuestras des-gracias. En lo “laboral” Isaac, ya exitoso, enfrenta la envidia de los filisteos. Isaac, aunque sabe que esa tierra será de él algún día, no responde con arrogancias, declaraciones alegres de fe u orgullos en nombre de Dios. Isaac sabe que la tierra (promesa) se conquista trabajando, también sabe que la promesa de bendición no exime los problemas y los conflictos. Hoy, revísate, ¿cómo respondes ante el peligro personal y el conflicto laboral?, dale gracias a Dios por haberte llevado a donde estas, camina allí con humildad, con sencillez; no uses la fe (la promesa) para dominar, para enorgullecerte, para imponerte. Dale gracias a Dios porque sigue escribiendo recto a través tuyo, un renglón torcido.  

             3. GERAR ABANDONADO, VV. 23-35. Isaac sube a Beerseba (“Pozo de juramento), la envidia lo expulsa de Gerar. El lugar de bendición se convierte en lugar de expulsión por el tóxico de la envidia. Sale de Gerar sin mayores apegos y pretensiones. En Beerseba Dios sigue caminando con Isaac y este sigue siendo bendecido allí. ¡Qué Dios tan extraño este! No está en un monte, en un lugar sagrado o en un templo, como los demás, camina con la gente. Isaac percibe que Dios está, le ha dado agua y tierra, le ha hecho hacer las paces con “los envidiosos”, entonces levanta un altar y adora. Otra extrañeza de este Dios: el altar es el resultado de su aparición y no su causa. Levantar un altar es “hacer un alto” para que la experiencia de Dios no se vuelva común. Un altar es un lugar para celebrar, recordar y agradecer. El texto cierra con un comentario familiar, nos cuenta los desgarros que producen las malas decisiones de los hijos en el corazón de los padres. Isaac es un hombre bendecido con una familia “normal” no una súper familia o familia perfecta. Como dicen los mayores: “no hay felicidad completa”.  HOY, haz un altar, haz un alto en el camino para celebrar, recordar y agradecer a Dios por todo. Ponte al día con quienes te han dañado, con quienes te han ofendido. Pero también, acepta, si, acepta la fragilidad de la vida y su contingencia, acepta que “no hay felicidad completa”, que la vida es compleja, que las malas decisiones de quienes nos acompañan entristecen el alma. Aun así, sigue caminando, sigue trochando, Dios está contigo. No pierdas el carácter itinerante de la fe”, la fe como camino, como salida, como un “sal de tu tierra”. Si. Salta, el piso aparecerá después.   

            En el horizonte evangélico planteado dijimos que el hambre aparece en el NT como una situación difícil pero también como un escenario para encontrar a Jesús. Jesús dijo: “tuve hambre y me diste de comer” (Mt 25:35). Decíamos, esta semana, da de comer a un necesitado, a un hambriento. El golpe incómodo y perturbador de alguien en la puerta de la casa puede ser Jesús gritando: “¡Tengo hambre!”.

martes, 26 de septiembre de 2023

ADULAM, EL BAR DEL VECINDARIO

 

ADULAM, EL BAR DEL VECINDARIO

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 200

Una palabra clave en el primer libro de Samuel es “Transición”; esta marca la lectura del texto de principio a fin: hay transición entre personajes: de Eli a Samuel, de Samuel a Saúl, de Saúl a David; y también existe una transición en la forma de gobierno: de los jueces a la monarquía. El texto entonces nos introduce a una atmosfera de cambios, de altibajos políticos y religiosos, pero sobre todo nos plantea el hecho de la providencia divina guiando los hilos de la historia a través de protagonistas “muy humanos”.

El relato de la “Cueva de Adulam” lo encontramos en 1 Samuel 22. Lo que allí está sucediendo es resultado de lo que pasó en el capítulo 21 donde David tiene que huir de Saul que por celos quiere matarlo, asesinarlo. David es un perseguido político.  En su fuga David sale de las ciudades, y se refugia en la caverna de Adulam, a 27 kms de Jerusalén, ahí llega su familia a verlo, logra refugio para ellos con el rey de Moab. Pero, a la caverna de Adulam llegan también buscando refugio: afligidos, endeudados y amargados en espíritu, unos cuatrocientos hombres que ya no tenían nada que perder forman parte del escuadrón de fugitivos como David, se forma un batallón: "La Guerrilla por Israel". Todos con la idea de cambiar el destino de sus vidas”.

Una definición de términos para continuar: Adulam significa “lugar de refugio”. Guerrilla es un diminutivo de Guerra y, ha llegado a significar una suerte de “Subversión” frente a un orden político oficial imperante que trae opresión e injusticia. El grupo que aquí se presenta en términos generales, luego se detalla y se les conoce como “Los valientes de David” (2 Samuel 23). Allí se les describe como valientes hombres de guerra, armados. Se juntan con David porque ven en él el reflejo de un reinado mejor, tienen “Sueños de cambio”. En América Latina, muchos cambios y revoluciones han estado asociados a movimientos de Sub-versión. Orlando Fals Borda, el llamado Padre de la Sociología en Colombia, analiza ese hecho en “La subversión en Colombia: el cambio social en la historia”. Y, más allá del asunto de las armas, el Movimiento de Jesús y la Reforma misma, significaron “sub-versiones” frente a versiones de poder oficiales (El canto de María así lo propone). Teológicamente David había sido elegido por Dios para ser rey; políticamente, y cuando las guerras eran comunes, David se preparaba, con soldados, para cuando llegara el momento. Y, ¡Que grupo!

Vinieron a David… 1). Todos los oprimidos: estos estaban bajo presión, bajo estrés. Había muchas personas bajo presión. 2). Todos los endeudados: la palabra hebrea da la idea de “prestar con intereses, tener un numero de acreedores”. Eran personas que no podían pagar sus deudas. 3). Todos los amargados de espíritu: los que tenían amargura en el alma, los que habían sido agraviados y maltratados.

Estas tres descripciones suponen una crítica política: en esos días la nación estaba sufriendo bajo el gobierno de Saul. Había puesto impuestos demasiado altos al pueblo y los había maltratado. Era un loco, sujeto a depresiones profundas, y la gente estaba sufriendo las consecuencias. Algunos no pudieron soportarlo más y por eso la cueva de David terminó llena de descontentos. ¿Se lo imaginan? Estar uno en una cueva solo, sintiéndose como un gusano, es bastante malo, ¡pero tener más de 400 gusanos reunidos allí con uno, es un caos! Pero Dios está obrando ahí. ¡Qué iglesia esta! David es un pastor roto para gente rota.

En el libro “Las 21 leyes irrefutables del liderazgo” de John Maxwell, más específicamente en la novena ley, que denomina “Ley del magnetismo”, el autor afirma que un líder solo atraerá a aquellas personas que se parecen a él o a ella. Dicho de otra manera, que las personas que son como tú, te buscarán. Todos ellos veían en David posibilidad de cambio, David los inspiraba. En Adulam encuentran un lugar para hablar de "eso", de las aflicciones, las deudas y amarguras sin censura; en Adulam encuentran reposo. Claro. No faltaron los que decían que David y sus Insurgentes, que no se sometían, querían dividir El Reino y hacer uno nuevo, cuando lo que querían era Reformarlo.

Más tarde, estos "amargados, afligidos y endeudados", "lo peorsito de la sociedad", fueron llamados "Los valientes de David" (2 Sam 23). Pues, revelarse contra las tiranías, internas y externas, formar una Cueva Adulam para hablar sin tapujos de todo y sanar, buscando cambios, eso es de Valientes. El salmo 142 presenta una lectura existencial, orante y poética del evento de la Cueva. Es la "Oración de un Cavernicola".

Cuando las versiones oficiales quieran instalar en nosotros opresión, deudas y amarguras, necesitamos “la sub-versión”, otra versión alternativa de la realidad tirana, que como canta Alejandro Lerner, “se ríe a carcajadas esperando que me canse de buscar”. Necesitamos “lugares-bares” en donde fraternizar.  Necesitamos todos una “Cueva de Adulam”, que sea un refugio sin máscaras para las angustias honestas, los hastíos profundos y las oraciones inconfesables”.

Leí de Swindoll lo siguiente: “El Bar del vecindario es posiblemente el mejor ejemplo que hay del compañerismo que Jesús quiere enseñarle a su iglesia. Es una imitación que ofrece licor en vez de Gracia, escape en vez de realidad; pero es un compañerismo permisivo, lícito y aceptado que no es motivo de escándalo, y es democrático. Uno puede contarle sus secretos a las personas y éstas no se los cuentan a los demás, porque además no tienen el deseo de hacerlo. El Bar prospera, no porque la mayoría de las personas son alcohólicas, sino porque Dios ha puesto en el corazón humano el deseo de conocer y ser conocido, amar y ser amado y, por eso, son tantos los que buscan la imitación al precio de unas cuantas cervezas. Creo, con todo mi corazón, que Cristo quiere que su iglesia sea... una comunidad fraternal en la que la gente pueda venir y decir: “Estoy acongojado”, “Estoy por el suelo”, “Ya no doy más”.

 ADULAM, EL BAR DEL VECINDARIO.