¿Pasiones juveniles? (1)
Apuntes para una lectura de 2 Timoteo 2:22
convozalta.blogspot.com/Jovanni
Caballero 149
Empezamos afirmando dos asuntos tocantes a la
lectura y la exegesis. 1). La presunción
de sapiencia, es decir, la mayoría de veces nos acercamos a textos como el
que nos corresponde esta vez como si ya lo supiéramos todo de este. Nos
acercamos al texto como si este ya se
hubiese agotado y su significado estuviese ya clausurado. Frente a esto sugiero
la presunción de inocencia, sería
acercarnos al texto de manera fresca con el propósito de ser asombrados e
interrogados por este. 2). La hermenéutica
pasiva, es decir, como resultado de lo primero, nuestro trabajo
hermenéutico tiende a ser muy pasivo, de poco esfuerzo interpretativo y muy superficial.
A partir de aquí, a veces, se perpetúan lecturas rancias y retrogradas, que
obedecen más a criterios culturales y teologías foráneas, más que a la verdad Bíblica.
Disfrazamos la pereza de piedad. Frente a esto propongo la hermenéutica activa, esta no es conformista, se esfuerza, lucha,
cuestiona, interroga, manteniendo siempre vivo y fresco el espíritu del
evangelio[1].
La hermenéutica activa nunca se
acomoda, sabe que hay mucho trecho por
recorrer, concluye provisionalmente y sospecha de todo aquello que se presenta
taxativamente categórico y asertivo, sin la posibilidad de otra alternativa y
el disenso. Ya lo decía Freire “no hay docencia sin discensia”[2],
y para nosotros, no existe construcción teológica en donde no hay posibilidad dialógica.
Continuaremos
ahora acercándonos, más o menos, a la forma en la que tradicionalmente se ha
leído el texto, no nos referimos aquí a los círculos hermenéuticos especializados,
sino a la lectura cuasi-devocional y especialmente la literatura de pastoral
juvenil. La tendencia siempre ha sido, al leer “pasiones juveniles”, la de identificar
la frase con la dimensión sexual y genital. Los jóvenes son desafiados a “huir”
de la pornografía, la masturbación y las bajas pasiones sexuales. La lectura y
aplicación del texto es reducida a la genitalidad y negando la sana exegesis y
el “horizonte de significados”. Otra forma de leerlo es descartando la
referencia sexual-genital y haciendo referencia a “ese empecinamiento de la
juventud, que en ocasiones se manifiesta en una atracción hacia lo novedoso,
discusiones insensatas, y debates que con demasiada frecuencia conducen a
contiendas y altercados”[3].
Esta última lectura hace más juicio al texto en su contexto, sin embargo quisiera
sugerir aquí una tercera vía, una tercera opción. En el verso el sustantivo
“pasiones” es plural y está calificado por el adjetivo “juveniles” también
plural. Este objetivo también puede traducirse como “nuevas” o “novedosas” no haciendo referencia aquí a lo “nuevo” o
“joven” en términos cronológicos y de etapas del desarrollo humano, sino más
bien haciendo referencia a ideas nuevas (Mt 9:17; Col 3:10; 1 Tim 5:1). Por
otro lado, el término “pasiones” (o deseos) se usa una segunda vez en la carta
en el contexto del contenido de la teología y la predicación (2 Tim 4:3). Así
las cosas, Pablo le dice a Timoteo: “huye, toma distancia de la pasión por lo
novedoso”. Pero… ¿a qué novedades se refería el apóstol? Veamos.
Había
una en especial: la resurrección ya se efectuó, ya aconteció. Esto era
declarado por Himeneo y Fileto. Esta novedad afectaba la ética y el sentido de
comunidad. Veámoslo así: en primer lugar,
la escatología realizada, 2 Tim 2:17-18. “Se trata, probablemente de una
forma de escatología extrema, es decir, la afirmación implicaría que la
plenitud del tiempo del fin, en especial la resurrección, ya se ha llevado a
cabo en nuestra muerte y resurrección espiritual con Cristo…”[4].
La afirmación de esta resurrección “espiritual”, producto tal vez de la
concepción griega dualista, había perturbado la fe de algunos. “Para Pablo, la
negación de nuestra resurrección (futura y corporal) equivale a negar la propia
fe puesto que significa negar nuestro pasado (la resurrección de Cristo en la
que se basa todo lo demás) y también nuestro presente (nuestra existencia
escatológica como un ya y un todavía no)”[5].
Es importante relatar el hecho de que para los autores del NT la resurrección
física corporal es importante, el NT resiste la idea abstracta griega del mundo
de las almas. Si Cristo resucito, afirmando la materia y la creación, también
los creyentes resucitaran. Es necesario notar aquí que, contrario a la
predicación en América Latina en décadas pasadas (de la cual quedan vestigios),
que proclamaba la resurrección como “una vida trasmundana e inmaterial” (la
sabiduría griega sentía la preocupación de liberar al hombre del lastre de la
materia y la procura a un retorno al mundo del espíritu); la Biblia, en cambio,
manifiesta su preocupación por liberar la materia y la naturaleza de la maldad
y la malicia del hombre. En Cristo, tanto el hombre como la materia,
experimentan su liberación (Cp. Rom
8:23). Muy lejos de pensar en una liberación definitiva del alma de su cárcel
corporal, el NT anuncia una vida eterna en el cuerpo. Continuará.
[1] “El texto despliega hacia
adelante un mundo de posibilidades que
el lector hace sintonizar a su propio mundo… fusión de horizontes. El texto
niega su rigidez y el bloqueo del sentido pasado como único sentido ya
clausurado”. CROATTO, José Severino. Hermenéutica
Bíblica: para una teoría de lectura como producción de sentido.
Lumen-Argentina, 1994, p. 80.
[2] FREIRE, Paulo. Pedagogía de la autonomía. Paz e a terra
S.A, 2004, p. 8.
[3] FEE, Gordon. Comentario de las epístolas a 1 y 2 de
Timoteo y Tito. Clie-Barcelona, 2008, p. 303.
[4] Ibid, p. 296.
[5] Ibid, p. 296.
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