lunes, 15 de julio de 2013

El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte X

El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte X
El itinerario de un veterano. I
            convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 63
Apreciado Samuel, en diálogos recientes me has contado, con emoción intensa, que estas yendo a muchos lugares a compartir tu experiencia como predicador formando de esta manera a otros. Ahora, frente a esta nueva etapa quisiera decirte tantas cosas, pero; dejaré que sea un “veterano” quien te hable esta vez. En la segunda carta a Timoteo “el veterano” apóstol Pablo habla al “novato” Timoteo y le trasmite, entre otros, cinco consejos que quiero que tomes en cuenta tanto como predicador pero también como entrenador de otros.  La carta es escrita en un ambiente emocional cargado de angustia y soledad; una situación de crisis (cp. 4:9). Los desafíos de Timoteo frente a la Iglesia y ante la muerte de su mentor son grandes: él debe enfrentarse primero consigo mismo (sus temores y cobardías, 1:3-8), luego, desarrollar su labor docente en la Iglesia haciendo frente a los falsos maestros, y asumir como en una carrera de relevos, la misión de su mentor (de quien recibe el testimonio). Las crisis de la carta son las siguientes: 1). Crisis emocional: expresada en el carácter Timoteo y la soledad de Pablo, 2). Crisis vocacional: se nota la deserción de algunos, 3). Crisis Moral: se describe el carácter del hombre promedio, 4). Crisis hermenéutica: se ve en la distorsión del mensaje: “apartarán el oído de la verdad”. Pero, veamos sin más preámbulos los consejos y el itinerario que el veterano le propone al novato.
            Primer consejo: discípula o enseña a otros (2:1-11).El llamado es a hacer con otros lo que Pablo ha hecho con él; lo desafía a involucrarse de manera intencional en un proceso pedagógico para formar a otros.  Esta tarea presupone una asignatura: “lo que oíste de mi” (el evangelio mismo); demanda un perfil de los alumnos: “fieles” (se refiere al ser) e “idóneos” (trata del hacer); y describe, a través de tres metáforas, el grado de involucramiento de Timoteo en esta tarea: debe tener la entrega de un militar, la disciplina de un atleta y la paciencia de un agricultor. Así mi estimado Samuel, Timoteo no es un conferencista o un catedrático, sino alguien que esta comprometido de tiempo completo con la formación de los suyos.
            Segundo consejo: ten en cuenta los tiempos (3:1-9). El apóstol le dice que sus tiempos son peligrosos, no porque habrá alguna catástrofe cósmica, o desastres naturales sino por el carácter de los hombres; el peligro no es natural sino moral. Pablo describe de manera vívida el carácter o la forma de ser del hombre de los últimos tiempos[1] cuyas características principales son el amor propio o el narcisismo y el amor por el dinero; es decir, el “yo” y la “billetera” determinaran la escala de valores. Por ello Pablo le dice a Timoteo que nos sea ingenuo. Entonces, el ministerio no lo llevamos a cabo en abstracto, sobre lo indeterminado, impreciso o vago; sino a personas inmersas dentro de una cultura y forma de pensar particular, se hace imperativo conocer los tiempos. No solo en términos morales, sino también las formas de dialogo para hablar de manera significativa hoy; tal vez por esta razón el apologeta cristiano del siglo XX Francis Schaeffer dijo: “cada generación de cristianos tiene este problema de aprender a hablar de manera significativa a su propia época”[2].
                Tercer consejo: “pero tú… persiste” (3:14).Hasta aquí y frente a esta realidad descrita, la tentación de claudicar está disponible. El apóstol ha descrito la crisis de la deserción; ha hablado de la “cultura del abandono” (Cp.1:15; 4:3,10). En la cultura del “úselo y tírelo”, de la servilleta, del desechable y lo cambiante; hay algo que no está sujeto al cambio, que no tiene fecha de vencimiento y es, la Palabra. Aquí, Samuel, se plantea una tensión con el anterior consejo: se un entendido en los tiempos (como es, piensa y actúa la gente) pero persiste en las Escrituras. Los tiempos cambian pero el texto de las Escrituras permanece. Así, el contexto no eliminaba, para Timoteo, la responsabilidad; él tenía un referente (1:5), un tesoro-legado generacional (las escrituras trasmitidas a través de la abuela y la mamá) que debía mantener.        
Debemos tener mucho cuidado con nosotros mismos y con las personas a quienes ministramos Samuel, debemos persistir para no caer en el lento pero dañino proceso de la decadencia espiritual, que se ilustra así: “para los abuelos la fe fue una experiencia vital. Para los padres la fe fue una herencia preciosa. Para los hijos la fe era una conveniencia. Para los nietos la fe es un fastidio”[3]. La persistencia nos invita a tomar partido, a no quedar neutrales frente a las diferentes circunstancias de la vida, a dar la pelea, a marcar diferencia y a sentar posiciones porque, como lo expresara metafóricamente Dante: “los lugares más ardientes del infierno están reservados para aquellos que, en tiempos de gran crisis moral, mantienen su neutralidad”[4]. Continuará.


[1] Los últimos tiempos o días en el NT hace referencia al tiempo entre la llegada del Mesías y la consumación de los tiempos (Cp. Heb 1:1-3).
[2] SCHAEFFER, Francis, Huyendo de la razón: un análisis penetrante del hombre moderno. Ediciones Evangélicas Europeas- Barcelona, 1969, p 9.
[3] MARTINEZ, José Luís, 503 ilustraciones escogidas. Casa Bautista de Publicaciones-El Paso (Texas), 2007, p 20.
[4] ALIGHIERI, Dante, La divina comedia. Universidad de Puerto Rico- Puerto Rico, 2005, p 32.

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