El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte X
El itinerario de un
veterano. I
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Caballero 63
Apreciado Samuel, en diálogos recientes me has contado, con emoción
intensa, que estas yendo a muchos lugares a compartir tu experiencia como
predicador formando de esta manera a otros. Ahora, frente a esta nueva etapa
quisiera decirte tantas cosas, pero; dejaré que sea un “veterano” quien te hable
esta vez. En la segunda carta a Timoteo “el veterano” apóstol Pablo habla al
“novato” Timoteo y le trasmite, entre otros, cinco consejos que quiero que
tomes en cuenta tanto como predicador pero también como entrenador de otros. La carta es escrita en un ambiente emocional
cargado de angustia y soledad; una situación de crisis (cp. 4:9). Los desafíos de Timoteo frente a la Iglesia y ante la
muerte de su mentor son grandes: él debe enfrentarse primero consigo mismo (sus
temores y cobardías, 1:3-8), luego, desarrollar su labor docente en la Iglesia
haciendo frente a los falsos maestros, y asumir como en una carrera de relevos,
la misión de su mentor (de quien recibe el testimonio). Las crisis de la carta
son las siguientes: 1). Crisis emocional: expresada en el carácter Timoteo y la
soledad de Pablo, 2). Crisis vocacional: se nota la deserción de algunos, 3). Crisis
Moral: se describe el carácter del hombre promedio, 4). Crisis hermenéutica: se
ve en la distorsión del mensaje: “apartarán el oído de la verdad”. Pero, veamos
sin más preámbulos los consejos y el itinerario que el veterano le propone al
novato.
Primer consejo: discípula o enseña a otros (2:1-11).El llamado es a
hacer con otros lo que Pablo ha hecho con él; lo desafía a involucrarse de
manera intencional en un proceso pedagógico para formar a otros. Esta tarea presupone una asignatura: “lo que
oíste de mi” (el evangelio mismo); demanda un perfil de los alumnos: “fieles” (se
refiere al ser) e “idóneos” (trata del hacer); y describe, a través de tres
metáforas, el grado de involucramiento de Timoteo en esta tarea: debe tener la
entrega de un militar, la disciplina de un atleta y la paciencia de un
agricultor. Así mi estimado Samuel, Timoteo no es un conferencista o un
catedrático, sino alguien que esta comprometido de tiempo completo con la
formación de los suyos.
Segundo
consejo: ten en cuenta los tiempos (3:1-9). El apóstol le dice que sus
tiempos son peligrosos, no porque habrá alguna catástrofe cósmica, o desastres
naturales sino por el carácter de los hombres; el peligro no es natural sino
moral. Pablo describe de manera vívida el carácter o la forma de ser del hombre
de los últimos tiempos[1]
cuyas características principales son el amor propio o el narcisismo y el amor
por el dinero; es decir, el “yo” y la “billetera” determinaran la escala de
valores. Por ello Pablo le dice a Timoteo que nos sea ingenuo. Entonces, el
ministerio no lo llevamos a cabo en abstracto, sobre lo indeterminado,
impreciso o vago; sino a personas inmersas dentro de una cultura y forma de
pensar particular, se hace imperativo conocer los tiempos. No solo en términos
morales, sino también las formas de dialogo para hablar de manera significativa
hoy; tal vez por esta razón el
apologeta cristiano del siglo XX Francis Schaeffer dijo: “cada generación de
cristianos tiene este problema de aprender a hablar de manera significativa a
su propia época”[2].
Tercer consejo: “pero tú… persiste” (3:14).Hasta aquí y frente a esta
realidad descrita, la tentación de claudicar está disponible. El apóstol ha
descrito la crisis de la deserción; ha hablado de la “cultura del abandono” (Cp.1:15; 4:3,10). En la cultura del
“úselo y tírelo”, de la servilleta, del desechable y lo cambiante; hay algo que
no está sujeto al cambio, que no tiene fecha de vencimiento y es, la Palabra. Aquí,
Samuel, se plantea una tensión con el anterior consejo: se un entendido en los
tiempos (como es, piensa y actúa la gente) pero persiste en las Escrituras. Los
tiempos cambian pero el texto de las Escrituras permanece. Así, el contexto no
eliminaba, para Timoteo, la responsabilidad; él tenía un referente (1:5), un
tesoro-legado generacional (las escrituras trasmitidas a través de la abuela y
la mamá) que debía mantener.
Debemos tener mucho cuidado
con nosotros mismos y con las personas a quienes ministramos Samuel, debemos
persistir para no caer en el lento pero dañino proceso de la decadencia
espiritual, que se ilustra así: “para los abuelos la fe fue una experiencia
vital. Para los padres la fe fue una herencia preciosa. Para los hijos la fe
era una conveniencia. Para los nietos la fe es un fastidio”[3]. La
persistencia nos invita a tomar partido, a no quedar neutrales frente a las
diferentes circunstancias de la vida, a dar la pelea, a marcar diferencia y a
sentar posiciones porque, como lo expresara metafóricamente Dante: “los lugares
más ardientes del infierno están reservados para aquellos que, en tiempos de
gran crisis moral, mantienen su neutralidad”[4]. Continuará.
[1] Los
últimos tiempos o días en el NT hace referencia al tiempo entre la llegada del
Mesías y la consumación de los tiempos (Cp.
Heb 1:1-3).
[2] SCHAEFFER, Francis, Huyendo de la razón:
un análisis penetrante del hombre moderno. Ediciones Evangélicas Europeas-
Barcelona, 1969, p 9.
[3] MARTINEZ, José Luís, 503 ilustraciones
escogidas. Casa Bautista de Publicaciones-El Paso (Texas), 2007, p 20.
[4] ALIGHIERI, Dante, La divina comedia.
Universidad de Puerto Rico- Puerto Rico, 2005, p 32.
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