martes, 19 de septiembre de 2017

Al papa Francisco

Al papa Francisco
Carta abierta a alguien que no la leerá
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 188
Estimado papa Francisco, le escribo esta carta reconociendo al menos dos asuntos importantes: 1).  Lo hago comprometido desde mi tradición protestante (no me da miedo decir que también tenemos “tradiciones”), es decir, como un hermano “separado”, tal como lo contempló el concilio vaticano II. Reconozco desde aquí el famoso aforismo Agustiniano: “En lo esencial unidad, en lo dudoso libertad, en todo caridad”. 2). Lo hago también entendiendo que la nominación “cristiano”, no solo se usa para etiquetar a los protestantes, esta es mucho más amplia, se reconocen con esa etiqueta, al menos, tres grandes tradiciones: el cristianismo ortodoxo, el cristianismo católico y el cristianismo protestante. Es una verdadera lástima que muchos protestantes sientan que la etiqueta les pertenece solo a ellos y que son los únicos depositarios de la verdad, rayando así en el sectarismo y el fundamentalismo, nada positivos para el diálogo y la convivencia.  Ah, pero no le he dicho cuál es la razón de esta carta, me motiva parte de las declaraciones que usted hace en un video ampliamente difundido, respecto al diálogo interreligioso (cosa por la que no tengo mayores reparos), no obstante hay una frase dicha por usted, que me preocupó, (al igualar confesionalmente al budismo y al islam con el cristianismo), la frase es esta: “…buscan a Dios o encuentran a Dios de diversas maneras”[1]. Le digo abiertamente que no estoy de acuerdo, y le voy a dar varias razones por las cuales no puedo concordar con usted. Lo expresaré así: daré algunos ejemplos de asuntos o eventos que no hubiesen ocurrido en la historia de la salvación (narrada en la Biblia), si los allí implicados hubiesen creído lo que usted confesó en la frase anteriormente citada. Veámoslos:
            1. El juicio de la serpiente (con toda la carga mítica y simbólica de esta pues por experiencia y ciencia las serpientes no hablan), hubiese sido aceptado como válido. La “hermenéutica” serpentina hubiese sido admitida sin mayores reparos pues solo “sugería” otra forma de “conocer a Dios” y de ser humano, de ser persona.
2. Josué, quien tuvo la misión de introducir a Israel a la tierra prometida, no se hubiese preocupado en lo absoluto por lanzar aquel desafío tan grande a los suyos cuando dijo: “Y si no os parece bien servir al Señor, escoged hoy a quién habéis de servir: si a los dioses que sirvieron vuestros padres, que estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa, serviremos al Señor”. No solo lanza el desafío sino que establece una clara diferencia entre “los dioses” y “El Señor”.
3. El poeta que escribe salmo 115, no se hubiese preocupado por hacer una crítica tan severa al fenómeno idolátrico babilónico y declarar que la idolatría no puede ser neutral, que el ser humano termina pareciéndose aquello que adora. Que la idolatría insensibiliza, despersonaliza: vuelve a las sociedades ciegas, sordas, mudas. Las incapacita  para ver, responder y hablar ante la posibilidad del bien.
4. Jesús no se hubiese preocupado por decirle a la Samaritana que las intenciones de esta para adorar eran buenas pero que estaba mal enfocada. No solo descarta al sistema de adoración “según Gerizim” sino que también declara obsoleto al templo judío. Jesús no le dice: “sigue así, encuentra a Dios a tu manera”. La mujer sale reorientada, perdonada y liberada.
5. Pablo no hubiese tenido que decirle a los atenienses que todos sus dioses estaban en entredicho, que él, Pablo, les venía a presentar al “Dios que ellos no conocían pero que le reservaban un altar”. Perece ser que al final del discurso Pablo llama al tiempo de los otros dioses, el “tiempo de la ignorancia”.
6. Pablo no hubiese tenido que soportar “el escándalo de la cruz”: frente aquellos que pedían milagros pudo ceder y concedérselos, frente a los que querían sabiduría pudo hacer lo propio, ¡Para qué preocuparse por ese detalle de la cruz y ese horrendo carpintero colgado allí, fungiendo de Dios “fracasado!”.
7. Los cristianos perseguidos por roma no hubiesen muerto en el circo romano, pues simple y llanamente hubiesen reconocido al Cesar como “un camino más” y listo.
            Termino, valoro el énfasis en la misericordia como camino para llegar a las personas, así lo hizo Jesús. No se acercó desde la doctrina o el dogma sino desde el amor y la misericordia. Comparto el diálogo interreligioso como mecanismo para contribuir a la paz del mundo dado que las religiones han sido gestoras de grandes males y guerras. Critico  a muchos de los míos que toman los desaciertos y males de la Iglesia Católica como referente apocalíptico y escatológico, como si los protestantes estuviésemos exentos de pecado. Pero, si hay un favor que el cristianismo puede hacerle al mundo es mostrarle EL CAMINO, flaco favor le haríamos si lo dejamos en su ambigüedad y tomando aguas de “cisternas rotas”. Usted mismo lo ha declarado: “la fe no solo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver… San Pablo rechaza la actitud de quien pretende justificarse a si mismo ante Dios mediante sus propias obras”. Estoy orando por usted, como lo ha pedido.  Con cariño, Jovanni.

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