lunes, 16 de junio de 2014

Las intermitencias de la muerte I

Las intermitencias de la muerte I
La victoria sobre la muerte según Pablo en clave de misterio
1 Cor 15: 51-58
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 94
La figura del apóstol Pablo es fascinante y controversial, Wright afirma: “Pablo es un provocador tanto en el siglo XXI como lo fue en el siglo I. En aquel entonces, algunas veces lo atacaron con piedras; ahora le atacan con palabras”[1]. El hecho es que ante la figura paulina nadie puede quedar tranquilo y neutral. Lastimosamente, gran parte de la predicación actual, por lo menos la evangélica, ha domesticado a Pablo, lo ha editado para que no suene controversial  y desafiante. Me temo que, mucha de la predicación sobre Pablo hoy, no es auténticamente paulina, es decir, no refleja su pensamiento y teología. Esto se debe a varias razones: 1). Porque no leemos a Pablo bajo su trasfondo hebreo sino bajo un prisma griego; esto sucede cuando decimos, por ejemplo, que la antropología de Pablo era tricótoma (cuerpo alma y espíritu) o cuando hablamos del rapto como escape al cielo.  2). Porque leemos sus controversias “contra la ley” y los judaizantes en clave de reforma, siglo XVI, y no en clave de Judaísmo, siglo I. 3). Porque leemos a Pablo bajo el falso dilema de que en el AT la salvación era por la ley y en el NT la salvación es por gracia, así, divorciamos a Pablo del AT y nos quedamos con un Pablo “docético”. 4). Porque lo sacamos de la cárcel y lo sentamos en un trono, lo bajamos de la cruz y lo subimos a una 4x4, eliminamos sus sufrimientos por la fe y lo vestimos de “predicador de la prosperidad”. Toda esta introducción para decir que haré un pequeño análisis de un texto de Pablo en donde con agresividad teológica enfrenta a su auditorio, lo confronta, lo invita a pensar, lo desinstala y le siembra esperanza.
            El capítulo 15 de 1 a los Corintios, después de apelar a la tradición sobre el énfasis evangélico en la resurrección de Cristo, va a responder una pregunta fundamental, ¿cómo o en qué forma resucitaran los muertos? Pablo hace una exposición magistral desde su trasfondo hebreo, critica la visión griega del cuerpo y la resurrección y planta esperanza. Ya, al final del capítulo Pablo, para reafirma y recoger todo lo dicho, le habla a su auditorio “en clave de misterio”. Pablo ya les había hablado del misterio (2:1; 4:1). Recordemos que en el NT “misterio” no es algo oculto sino una verdad de Dios que ha sido revelada (Cp. Ef 5:32; Col 1:26; Rom 16:25-27; 1 Cor 2:7). Veamos un poco el texto en tres partes así: primero, el misterio planteado, vv. 51-52; segundo, el misterio razonado, vv.53-57; y tercero, el misterio aplicado, v. 58. Pablo plantea entonces el misterio: “aunque, a la venida del Señor no todos estarán muertos, todos serán transformados”. ¡Ese es el misterio! (v.23), se refiere a la transformación física del cuerpo, no sujeto ya a la corrupción y al deterioro.  El escenario para esto es bien concreto “cuando suene la trompeta final”, esta referencia nos recuerda por un lado, el Antiguo Testamento: el Sinaí (Ex 19:17-18), el contexto político de su tiempo: la bienvenida al emperador. “El regreso del Señor será algo público (no secreto) e inevitable, como cuando Dios tronó y sonó la trompeta en el Sinaí o cuando el emperador romano llegaba de visita a sus dominios”[2].
            Ahora, Pablo empieza a dar razones para el misterio, para la transformación del cuerpo en el escenario de la segunda venida del rey (vv. 53-57). Eleva el misterio al plano de la “necesidad”, el cuerpo debe vestirse de incorrupción y de inmortalidad, y cuando eso pase se cumplirá la Escritura que declara la victoria de la vida sobre la muerte (Is 25:8; Os 13:14). La base escritural que Pablo usa hacía referencia a la restauración de Israel durante el exilio, volver a la tierra sería derrotar los poderes de la muerte y gustar la vida, pero los textos nos recuerdan también la experiencia de Adán, el primer exiliado y de cómo la obra de Dios lo traería nuevamente a la vida, derrotando el poder de la muerte que por el pecado había tomado posesión. La victoria final de la vida sobre la muerte se interpreta entonces en “clave de exilio”. Wright dice: “como un guerrero triunfante sobre un enemigo caído, Pablo se burla del poder que se ha convertido en impotente”[3]. ¡Valla misterio! Cuando Pablo es abrazado por el Nazareno camino a Damasco, su teología es revisada, como judío y fariseo creía en la resurrección de todos al final de los tiempos en el marco de la llegada del Mesías, pero ahora… va a la cruz y Cristo no está allí, va a su tumba y la encuentra vacía; ahora se da cuenta de que los últimos tiempos ya empezaron con la resurrección de Jesús el Cristo, Dios está trabajando para restaurar todas las cosas, asume que la resurrección del Mesías posibilitará la resurrección de todos; percibe que la muerte ya no tiene poder, entonces… lanza su grito sarcástico, burlesco y desafiante a su oponente, la muerte: “DÓNDE ESTÁ, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DÓNDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJÓN?”.
            En la última parte de la sección (v. 56), Pablo muestra una interrelación triangular así: el reino de la muerte está construido sobre el poder del pecado (Gen 2:17) y la ley es la que hace que el pecado pueda percibirse por medio de la infracción. La muerte violó la ley al enrolar en sus filas a uno que no conocía el pecado, a Jesús, de esta manera; la muerte pierde su poder. ¡Esta es la victoria que se tiene en Cristo! ¡Este misterio está interesante! Continuará.


[1] WRIGHT, N.T. El verdadero pensamiento de Pablo. Clie- Terrasa, 1997, p 13.
[2] WRIGHT, Christopher J.H, El Dios que no entiendo: reflexiones y preguntas difíciles a cerca de la fe. Vida- Miami Florida, 2010, p 184, 185.
[3] WRIGHT, N.T. La resurrección del hijo de Dios. Verbo Divino- Estella (Navarra), 2009, p 358. 

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