martes, 20 de septiembre de 2011

El Dios en quien no creo.

El Dios en quien no creo[1].
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 22
            Muchos ateos, en lo que no creen es en un Dios en el que yo tampoco creo. Sí, yo nunca creeré en:                          
el Dios que “sorprenda” al hombre en un pecado de debilidad,
el Dios que condene la materia,
el Dios incapaz de dar una respuesta a los problemas graves de un hombre sincero y honrado que dice llorando: “¡no puedo!”,
el Dios que ame el dolor,
el Dios que ponga luz roja a las alegrías humanas,
el Dios que esterilice la razón del hombre,
el Dios que bendiga a los nuevos Caínes de la humanidad,
el Dios mago y hechicero de los tele evangelistas y las  maratónicas de enlace,
el Dios que se hace temer,
el Dios que no se deja tutear,
el Dios abuelo del que se puede abusar,
el Dios que se haga monopolio de una iglesia, de una raza, de una cultura, de una casta.
            El Dios que no necesita del hombre,
el Dios arbitro que juzga sólo con el reglamento en la mano,
el Dios solitario,
el Dios incapaz de sonreír ante las muchas trastadas de los hombres,
el Dios que “juega” a condenar,
el Dios que exija siempre diez en los exámenes,
el Dios que pueda ser explicado por una filosofía,
el Dios incapaz de redimir la miseria,
el Dios incapaz de comprender que los “niños” deben mancharse y son olvidadizos,
el Dios que exija al hombre, para creer, renunciar a ser hombre,
el Dios que no acepte una silla en nuestras fiestas humanas,
el Dios que solo pueden comprender los maduros, los sabios, los situados,
el Dios a quien no temen los ricos a cuya puerta yace el hambre y la miseria,
el Dios que adoran los que van al culto y siguen robando y calumniando,
el Dios aséptico, elaborado en los escritorios de teólogos y canonistas,
el Dios que condene la sexualidad,
el Dios mudo e insensible en la historia ante los problemas angustiosos de la humanidad que sufre,
el Dios a quien le interesan las almas y no los hombres,
el Dios que le gusta a aquellos que siempre dice: “todo va bien”.
el Dios de los que pretenden que el cura les rocíe con agua bendita los sepulcros blanqueados de sus juegos sucios,
el Dios que fundase una iglesia estática, inmovilista, incapaz de purificarse y de evolucionar,
el Dios que no siga ironizando sobre los nuevos fariseos de la historia,
el Dios que no saliera al encuentro de quien le ha abandonado,
el Dios incapaz de hacer nuevas todas las cosas,
el Dios que no pueda descubrirse en los ojos de un niño o una madre que llora,
el Dios que se case con la política,
el Dios que destruyese la tierra y las cosas que el hombre ama en vez de transformarlas,
el Dios que no tuviera misterios, que no fuera más grande que nosotros,
el Dios que aniquilara para siempre nuestra carne en vez de resucitarla,
el Dios incapaz de enamorar al hombre,
el Dios que nos se hubiera hecho verdadero hombre con todas sus consecuencias,
el Dios en el que yo no pueda esperar contra toda esperanza,
el Dios que no supiera regalarnos un paraíso donde todos nos sintamos hermanos de verdad,
            Sí, mi Dios es el otro Dios.


[1] Tomado y adaptado de ARIAS, Juan, El Dios en quien no creo. Sígueme-Salamanca, 2002, p 209.

1 comentario:

  1. " El Dios que no necesita del hombre..." En que sentido Dios nos necesita?

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