martes, 3 de mayo de 2011

Una mujer de la "A a la Z"

Una mujer de la A a la Z
Proverbios 31:10-31
En voz alta 13. Jovanni Caballero
Las medidas de la “mujer perfecta”(90-60-90) tomadas de la estatua Venus de Milo, la vida en este país de reinados de belleza, la adoración al cuerpo que se nota en el éxito de las industrias de cirugía estética y la “cosificación” de la mujer en los mass media en la música y en las artes, en pocas palabras, el estereotipo de mujer que se presenta a la sociedad por todas partes nos ha hecho perder de vista lo que realmente es importante en una mujer. Las formas en las que la valoramos han cambiado con el tiempo, se ha pasado de la valoración moral a la meramente estética, visual y sensual. Sin embargo, la Biblia nos llama a revisar esas formas y a fijarnos no tanto en lo corporal como única norma para la estimación femenina sino en lo trascendente, lo que no podemos ver y notar a simple vista, lo que se descubre en la convivencia y no en encuentros fortuitos.
El texto de Proverbios, en el marco del mes de las madres, presenta un cuadro adecuado para esta reflexión: la estructura acróstica con el alfabeto hebreo (de la Alef a la Tau) no solo se presenta como un recurso mnemotécnico sino también como un mensaje sutil: el autor trata de representar la totalidad y la exploración completa del tema en mención, es decir, la mujer que presenta a continuación es una mujer de la “A a la Z”. La cuestión planteada al inicio del texto respecto a la búsqueda de una mujer de virtudes (vv. 10-12), es respondida en el resto del poema acróstico, enumerando una serie de virtudes que encarna la mujer que el texto describe: la integridad, la laboriosidad, la maternidad, la sensibilidad hacia el desfavorecido, la docencia y el coraje frente a la vida (vv.13-27). De esta manera la mujer es desafiada a no conformarse con un papel modesto en la vida (a menudo la sociedad espera lo contrario), para que alcance el mayor potencial dado por Dios, y hacer su propia contribución[1].
            Ella no sigue los estándares del mundo del logro femenino centrado en la belleza física y el encanto. En cambio, ha elegido anclar su vida en el temor "del Señor "(v. 30 Cp. 1:7), la verdadera base de toda sabiduría. No se puede aceptar la verdadera sabiduría sin entrar en una relación personal con Dios[2]. El virtuosismo de la mujer aquí descrita no está en su gracia o belleza, estas son pasajeras, sino en el cultivo de su espiritualidad, de su sentido de trascendencia frente a la vida. Esta espiritualidad no está hecha de ceremonias, ni de hermosos sentimientos, sino del servicio cotidiano a los demás (Sant 1:26,27; 2:14-17).  Por ello no es casualidad que en el canon hebreo el libro de Rut, donde aparece nuevamente la frase “mujer virtuosa (Rut 3:11)”, esté ubicado después del libro de Proverbios. Rut contesta la pregunta que el proverbista hace: la mujer virtuosa es aquella que, independientemente de su etnia (Rut era Moabita), se une a la fe en Yahvé y muestra esto en contexto.
            Un modelo así necesita ser afirmado, aplaudido y reconocido. Aquí es donde el mismo autor aplica su descripción, haciendo un desafío a no quedar neutral frente al modelo de mujer que acaba de describir (vv. 28-31). En una sociedad de criticones como la nuestra[3] el texto hace un desafío a la afirmación. La valoración debe empezar en casa: los hijos deben llamarla “dichosa” y el esposo debe pronunciarse diciéndole que “ella es la mejor de todas” (vv.28, 29). La afirmación debe tenerla en cuenta cualquier transeúnte de la vida que esté buscando mujer: no te dejes llevar por el porte, la belleza física es pasajera, la hermosura corporal es una ilusión. El sabio no desestima la belleza, pero si la relativiza. El valor supremo de la mujer es el respeto o temor a su Señor (v 30)[4].
            Finalmente, el llamado es para la sociedad en general. Para que esta reenfoque los aplausos y sus modelos de admiración; se admira no a una mujer 90-60-90, sino a una mujer que en el marco del temor y el servicio a Dios desarrolla su proyecto de vida a través de una serie de virtudes (v 31). La lectura de este texto da un giro a nuestras formas de ver el mundo femenino y a los modelos que aplaudimos. Una mujer de la “A a la Z” no es aquella que tiene medidas perfectas, sino la que encarna la virtud de la integridad, la laboriosidad, la maternidad, la sensibilidad hacia el desfavorecido, la docencia y el coraje frente a la vida, en el marco del temor a Dios.     
                               Fin… a todas las mujeres que se sienten aludidas ¡Feliz día de las madres!



[1] Aquí se “… alienta a la mujer virtuosa a sacar el mayor provecho y extender los límites de lo que pudiera significar el papel de una mujer virtuosa en una sociedad patriarcal”. GOLDINGAY, John, Proverbios, en Nuevo Comentario Bíblico siglo XXI, ed, CARSON, D.A, et al. Mundo Hispano- El Paso (Texas), 1999,  p 635
[2] HOWKINS, Tom, The whife of noble character in Proverbs 31:10-31. < http://faculty.gordon.edu/hu/bi/Ted_Hildebrandt/OTeSources/20-Proverbs/Text/Articles/Hawkins-Pr31-BSac.pdf.>  fecha de consulta  Abril del 2011.
[3] PUYANA GARCIA, Germán, ¿Cómo somos? Los colombianos: reflexiones sobre nuestra idiosincrasia y cultura. Bahandar, 2002, p 109.
[4]ALONSO SCHÖKEL, Luis. VILCHEZ LINDEZ, José, Sapienciales I: Proverbios. Cristiandad- Madrid, 1984, p 535


1 comentario:

  1. Excelente, pastor Jova, es necesario replantearnos, aun nosotras mismas, al respecto. Dios le bendiga.

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