jueves, 8 de septiembre de 2016

¿Todo lo puedo en Cristo?

¿Todo lo puedo en Cristo?
Notas para la lectura de Filipenses 4:13; Marcos 9:23 y Juan 14:13
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero161
“Un texto fuera de contexto es un pretexto” reza el dicho popular en el ámbito de la lectura e interpretación de la Biblia. A pesar de la popularidad de esa declaración, aún no hemos podido superar la mala práctica de leer de manera parcelada la Biblia. La división de esta en versículos y capítulos para efectos pedagógicos y prácticos la hemos mal usado hasta el punto de llegar a extremos insospechados para fundamentar caprichos personales diciendo lo que la Biblia, la Palabra de Dios, no dice. No es que sea malo citar versículos o leerlos o mucho menos predicar sobre uno de ellos, lo malo es que se ha despojado a algunos de su contexto literario y cultural, quedando estos a merced del predicador o del creyente sincero pero sinceramente equivocado. Así como en la vida diaria llegamos a parte alguna y nos encontramos con un suceso o evento y preguntamos ¿Qué está pasando aquí?, lo mismo pasa con la lectura de la Biblia, cuando estamos frente a un versículo nos preguntamos… ¿Qué está pasando aquí? ¡Esa es la pregunta del contexto! No tenemos que ser teólogos o predicadores profesionales para esto, solo creyentes bien intencionados, respetuosos del texto inspirado que usan su sentido común en la lectura. Hay tres textos que quisiera relacionar aquí y proponer una lectura contextual de los mismos. Estos tres han tomado popularidad debido al uso del adverbio “todo”, que siempre se lee como “todo” en donde algunos dice: “y todo es todo”.
            Empecemos con el más popular, Filipenses 4:13, el texto dice: “¡TODO lo puedo en Cristo que me fortalece”! Así de sencillo y en admiración. Para muchos creyentes “todo es todo”: los proyectos personales, las ideas eclesiales, los caprichos y deseos; en fin, todo. Pero qué es lo que el apóstol está diciendo realmente, en el texto qué es “todo”.  El apóstol está haciendo para sus amigos filipenses una descripción de sus dificultades misioneras. Este texto ha sido llamado, junto a otros textos, catálogo de sufrimientos (2 Cor 4:8-10; 6:4b-10; 11:23b-29; 12:10; 1 Cor 4:10-13a; Rom 8:35; 2 Tim 3:10-13). El apóstol les dice que “en TODO lugar y en TODA circunstancia ha tenido que enfrentar escasez y abundancia. La misión ha estado marcada por la tensión entre el hambre y la hartura. Ahora, estas dos circunstancias las ha enfrentado desde la fuerza de Cristo, el Señor le ha fortalecido para la abundancia y le ha dado fuerzas para soportar la escasez. El “todo” en este texto está referido a esas situaciones. En la abundancia el Señor le ha asistido para que no se olvide de él, en la escasez el Señor lo ha fortalecido para que no lo niegue, y caiga en la desesperación, el sinsentido y el fatalismo.  Así, cuando nos encontramos con nuestros límites, podemos confiar en otra fuerza, en la fuerza que nos viene de Cristo.
            El segundo texto es el de Marcos 9: 23, en el texto Jesús dice: “¿si puedes creer? ¡Al que cree TODO le es posible!”. El texto se ha entendido a veces como un cheque en blanco al portador, como una licencia para realizar a partir de la fe todo lo que quieren o desean. Pongamos el texto en contexto. Jesús baja del monte de la transfiguración y se encuentra con la escena de un exorcismo fracasado por parte de sus discípulos. Jesús se dirige a los discípulos fracasados y les señala el origen del fracaso, pero además se dirige al padre frustrado y lo desafía a creer frente al problema de su hijo atormentado por un espíritu mudo. El Señor le dice: “¿si puedes creer? ¡Al que cree TODO le es posible!”. Estoy sugiriendo que la posibilidad planteada en el texto tiene que ver con el hecho de que el padre deposite toda su confianza en Jesús y lo que él puede hacer. Pronzato afirma: “la fe es, por consiguiente, una apertura incondicionada al acto de Dios, una firme espera por parte de quien, mirándose a sí mismo, podría siempre sólo afirmar la falta de fe, pero mirando a Dios reconoce, con alegría y certeza, que Dios vuelve siempre a sanar esa falta… fe es creer que allí donde el hombre comprueba sus límites, su impotencia, su pecado, Dios puede manifestar su poder”.
            El tercer texto lo encontramos en Juan 14:13. El texto declara: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré…”. Este verso está al lado de otro que a veces se ha leído mal (v. 12). Jesús viene diciendo que quien cree en él hará “cosas mayores” que él; lo que creo que dice es que, en el contexto de la misión (13-17), todavía falta mucho trabajo por hacer, muchas cosas que Jesús no tuvo tiempo de hacer o no pudo hacer por el momento y el lugar en el que estaba. El texto es aliento para seguir adelante (recordemos que Jesús se está despidiendo). Así, el TODO está sujeto aquí al nombre de Jesús, que se relaciona ahora con el nuevo templo. Dios ha constituido a Jesús como su verdadero y único templo para entrar y estar en comunión con él. De esta manera podemos entender mejor las referencias de Juan a “oración en el nombre de Jesús” (Jn 2:13-21; 1 Rey 8:22-61 2Cron 6:12-42). Los discípulos pueden contar, en oración, con TODO lo necesario para llevar a cabo la misión: ser luz ante las naciones por la fuerza del Espíritu que convence al mundo de su extravío (Is 43:10). La misión y oración se pervierte cuando “lo pedido” no glorifica a Dios, cuando la petición no va acorde con la misión en el mundo. La oración-dice Peterson- renuncia al lenguaje que manipula a Dios (el camino de la magia). La oración rechaza el lenguaje que reduce a Dios a nuestro control (el camino de los ídolos). La oración desconfía de los tecnólogos espirituales que profesan ser expertos en el uso de la oración para “hacer que algo suceda”, una tecnología para obligar a Dios y los demás a garantizar que se haga nuestra voluntad. Fin. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario