martes, 3 de diciembre de 2013

La navidad según Mateo (I): un Baby Shower para el niño Jesús (I)

La navidad según Mateo (I): un Baby Shower para el niño Jesús (I)
Mat 2:1-12
convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 76
Un baby shower es una forma de celebrar el futuro o reciente nacimiento de un bebé presentando regalos a los padres en una fiesta. El término "shower" a menudo se supone que quiere decir que la mujer embarazada es "bañada" en regalos (shower traduce duchar, colmar, bañar, cubrir...). A la fiesta los invitados llevan pequeños regalos para la mujer embarazada. Los regalos típicos relacionados con los bebés incluyen pañales, mantas, biberones, ropa y juguetes. Es común que se abran los regalos durante la fiesta. El texto de Mateo que nos ocupa esta vez nos cuenta el hecho de como un grupo de personas llegan a Belén desde oriente, adoran al niño Jesús recién nacido y le llevan presentes. En pocas palabras el texto nos presenta un Baby Shower para el niño Jesús. Veamos  el texto en detalle: una estructura, una  explicación y algunas pautas arrojadas por el texto para esta navidad.   
El texto presenta una estructura concéntrica o de quiasmo así:
a. De Oriente a Jerusalén, v. 1.
    b. Adoración anunciada, v. 2.
         c. Herodes y la información consultada, vv.3-4.
                d. En Belén según el profeta, vv. 5-6.
        c’. Herodes y la información dada, vv. 7-8.
    b’. Adoración efectuada, 8-11.
a’. De Belén a Oriente, v. 12.
El capítulo 1 de Mateo contesta las preguntas ¿quién es Jesús y cómo nació?, el presente relato contesta las preguntas ¿dónde y cuándo?  Por ello la narración empieza ubicando el nacimiento de Jesús en un contexto geográfico específico: “en Belén” y en un contexto político claro: “los días del rey Herodes” (v.1a). A Jesús ha de entendérsele entonces a partir de una geografía y de una dimensión política concretas. Pero el contraste de entrada es evidente: Jesús nace en Belén una pequeña aldea de Judea, pero Herodes vive en Jerusalén centro del poder religioso y político de su tiempo. En la primera parte del texto (a-a’), el autor nos invita a recorrer junto a los “magos de Oriente” el camino que lleva a la adoración del rey recién nacido. Los magos,  tal vez astrólogos, vienen de oriente, son gentiles persas, babilonios o árabes; que llegan a Jerusalén. El relato cierra con los magos ya no en Jerusalén sino en Belén y regresando, por indicación divina a Oriente por “otro camino” (vv. 1b, 12). Ahora, teológicamente la presentación de unos gentiles relacionados con el nacimiento del Mesías es importante: se empieza a relacionar este hecho con las profecías del AT que vinculaban la llegada del Mesías con la adoración de los gentiles (Is 60:3,6; Is 2:2-4; Zac 8:20ss; 14:16ss; Mt 8:10; 15:21:28; 28:16-20).
            En la segunda parte de la narración (b-b’), se anuncia el propósito por el cual los magos están de visita en Jerusalén: están allí porque el nacimiento de un rey los ha convocado y, hasta el momento, la única garantía del nacimiento es una estrella. Al parecer, esta señal de una nueva estrella, en el Antiguo Oriente, anunciaba el nacimiento de un rey divinizado. La pregunta ¿Dónde de esta el rey de los judíos que acaba de nacer?, está diciendo que los largos años de espera por una intervención de Dios definitiva para Israel han acabado, el presente se llena de esperanza, y los magos vienen a adorar al nuevo rey. Pero resulta que Jerusalén es solo lugar de paso entre el adorador y lo adorado. Por razones que luego diré, los magos terminan adorando pero en Belén; el culto de adoración estuvo cargado con una fuerte atmosfera de alegría, celebración y entrega de presentes: oro, mirra e incienso (vv. 2,8-11 Cp Is 60:6). Ahora, el uso del verbo “proskuneo” (προσκυνέω) que traduce como postrarse, adorar, muestra que la adoración y la presencia de Dios ya no se dan en el templo, sino en Jesús. Así que de entrada este Baby Shower es conflictivo e incómodo.
            En la tercera parte del texto (c-c’), se nos presenta la reacción de Herodes ante la noticia de un rey rival[1]. Es apenas normal que semejante noticia inquiete al rey y a la ciudad, los cambios políticos a menudo generan esta case de convulsión. Herodes  no tiene conexiones genealógicas con la realeza (a diferencia de Jesús, 1:1-17) y está preocupado por la firmeza de su trono. Ante esta realidad convoca a los expertos en la Escritura y consulta sobre el lugar en donde tendrá lugar el nacimiento del Mesías: el libertador que los judíos esperaban de parte de Dios. Una vez obtenida la información llama a los magos y les dice el lugar que las Escrituras señalaban. Como politiquero Herodes no se muestra como ateo materialista sino que finge ser piadoso y promete unirse al Baby Shawer, al culto de adoración (vv. 3,4; 7,8). Ya podemos ver que la primera navidad fue convulsa,  incomoda, inquietante y subversiva. Continuará.


[1] Herodes el grande, Idumeo, dedicado a afianzar su reino, persiguió a la aristocracia disidente: mató a casi todos y confiscó sus bienes. Nombró a los sumos sacerdotes a su antojo, se rodeó de un ejército de mercenarios y formó un cuerpo de policía que vigiló de tal modo la nación que no se movía una hoja sin que él se enterase. Tenía calabozos y salas de tortura en sótanos de palacio, y los confidentes de la policía traían a diario a sospechosos, a los que torturaban horriblemente. A pesar del terror, fue Herodes en política interior un hombre muy brillante. Su férrea política de impuestos le permitió fundar nuevas ciudades, la más famosa fue Cesarea Marítima. Dignificó Jerusalén reconstruyendo el palacio real y la fortaleza Torre Antonia. Alzó un teatro, un hipódromo... y  reconstruyó el antiguo Templo de Salomón. Acabó matando a su mujer Mariamme, a sus hijos Aristóbulo y Alejandro y a su primogénito, Antípatro.

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