jueves, 19 de septiembre de 2013

El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte IX

El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte IX
El humor (II).
            convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 68
En el NT se presentan también muchos textos en donde el humor está al servicio de la teología.  En la escena del encuentro de los reyes magos con el rey Herodes en el evangelio de Mateo se nos presenta una aparente contradicción: los magos llegan a donde Herodes, el rey, y le preguntan ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Para Herodes la respuesta era obvia o debía serlo, “el rey soy yo” diría él. Sin embargo es evidente que el rey que los magos buscan no es precisamente al que tienen en frente y por ello Herodes se desencaja. La escena convoca a tres reinados: dos temporales y uno eterno. El evangelio de Mateo termina también una nota irónica: los soldados romanos aceptan decir que mientras ellos dormía los discípulos de Jesús robaron su cadáver. ¿Si notaste el chiste Samuel? El lector cuidadoso va a decir: “un momento ¿Cómo se dieron cuenta de eso si estaban dormidos?”. El mensaje del evangelista aquí tal vez sea mostrarnos las inconsistencias de nuestros juicios cuando de por medio está el dinero.  
            En Hechos 12:20-24, al narrar la muerte de Herodes Agripa, se hace humor político. Para entender lo que pasa en esta historia es necesario echar un vistazo, por lo menos, a todo el capítulo 12. El texto empieza con una muerte: la de Jacobo (vv.1, 2), y termina con otra muerte: la de Herodes (vv. 20-24). Lo que está en el centro sirve para ilustrar, a través del encarcelamiento de Pedro, la cuestión de que realmente quién está en control es Dios, no Herodes (vv. 3-19). La ironía empieza con la descripción del anillo de seguridad que Pedro tenía en la cárcel, seguridad que no importó cuando el ángel del Señor vino y “en las narices de los guardias” sacó a Pedro (vv.4-11). El humor va de la esfera política a la eclesiástica: Pedro es liberado, va y toca la puerta de la iglesia, que ora fervientemente por su liberación y… ¡sorpresa! Pedro está ahí, Dios lo ha hecho… pero la iglesia no cree; tildan a Rode de loca y dejan a Pedro tocando la puerta (vv.12-17). Esos ejemplos estimado amigo son solo pequeñas muestras de lo que hasta ahora he venido expresándote; la Biblia hace humor para enseñarnos teología. Debes entonces desarrollar tu olfato para oler el humor en la Biblia y poder predicarlo como posibilidad de reflexión y trasformación para ti y la Iglesia.
            La otra fuente para el humor es la cultura, entendida esta como tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta, las expresiones y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura. El humor aparece como un componente universal de la cultura. Sin embargo, varía en cómo se demuestra en cada una, ya sea a través de diferentes objetos y formas. Las formas más comunes de humor son: el humor afiliativo. Se relaciona con contar chistes, hacer bromas lúdicas y bien intencionadas, con el afán de relacionarse con otros, entretener y facilitar relaciones. El humor de auto-afirmación. Se refiere a una visión humorística del mundo, en que prevalece el deseo por dejarse sorprender por la vida y mantener una perspectiva humorística frente a las cosas. El humor agresivo. Se relaciona con el sarcasmo, el ridículo, la ironía, así como también con el uso del humor como forma de manipulación utilizando amenazas tácitas de ridículo. Y, humor de auto descalificación. Se refiere a utilizarse uno mismo como objeto de humor, de manera tal que se llame la atención de los otros.
 Ahora, el predicador, estimado Samuel, vive, se “encarna” y es “hijo” en una cultura específica y como tal, para bien o mal, esto refleja en la predicación, espero para bien, ya sea de manera directa o indirecta. Un ejemplo de humor afiliativo en tu predicación se puede dar en el caso de que tu predicación sea, por ejemplo, en Efesios 4:17-5:5, el apóstol usa la metáfora del vestido para hablar de la experiencia cristiana en contraste con la experiencia de los que no son creyentes: el título de tu sermón puede ser, “Efesios Fashion”. Aquí la Escritura y la cultura se unen y la filiación es evidente. Un ejemplo de humor agresivo se presenta cuando German Puyana, escritor Colombiano, dice que en Colombia la mentira es el deporte nacional[1]. Así, de manera agresiva y sarcástica el autor habla de un antivalor de la cultura en donde interactuamos y predicamos. Aun la misma “cultura evangélica” se puede convertir en fuente de humor; mira,  se encuentran en el infierno un pastor calvinista, un wesleyano y un pentecostal. La pregunta a responder era ¿Por qué estamos aquí?... El calvinista respondió "predestinación, fui predestinado al infierno"; el Wesleyano dijo "estaba predicando, entro una joven mal vestida, la codicié, me dio un infarto y aquí estoy, perdí mi santidad y mi salvación". Quedaron mirando al pentecostal esperando su respuesta; el pentecostal respondió "¡en el infierno yo!, yo declaro por fe que no estoy aquí".
            Para concluir es importante tener en cuenta lo siguiente. 1). Evita convertir el pulpito y tu predicación en un stand up comedy, no eres un cuenta chistes profesional, eres un heraldo del evangelio. 2). El humor, cultural o escritural, será siempre medio, nunca fin. 3). El Dios de la Biblia ríe y nos hace reír, para después ponernos a pensar. 4). Para el humor cultural observa modelos, escucha humor político especialmente; lee a los autores autóctonos, serán siempre fuente de buenos ejemplos de humor, sarcasmos e ironías. Continuará.

[1] PUYANA, German, ¿Cómo somos? los colombianos: reflexiones sobre nuestra idiosincrasia y cultura. Bahandar- Bogotá, 2002, p 287.

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