jueves, 3 de enero de 2013

El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte V


El valor de predicar: consejos para un amigo predicador. Parte V
El todo.
            convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 48
Querido amigo Samuel, para enriquecer tu tarea de la predicación hoy quiero hablarte de la importancia de ver la Biblia como un todo para no predicar los textos asilados de su contexto canónico y teológico. Así, no importa si el texto a predicar es del AT o del NT debes tener en cuenta que hace parte de un todo mucho más amplio y tu tarea es mirar la relación que guarda tu pasaje Bíblico con el resto del mensaje de las escrituras. A esto se le llama “teología Bíblica” y esta “examina el desarrollo de la historia bíblica desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, buscando descubrir las relaciones entre ambas partes…nos permite trazar un mapa de la unidad de la Biblia considerando su mensaje como un todo”[1]. De esta manera podrás tratar la Biblia como lo que es: una gran narrativa con su gran clímax en Cristo y de la cual nosotros también hacemos parte (Heb 1:1,2)[2]. Así evitarás leer los textos como colección de cuentos o fabulas con moralejas o predicar aplicando de manera moralista (“¡tenemos que hacer esto o aquello!”).
                Debo reconocer que la tarea es compleja, sin embargo quiero sugerirte tres preguntas que te ayudaran a relacionar el mensaje del texto en relación con todo el mensaje de la Biblia. La posición, el lugar, la circunstancia en donde nos encontramos a menudo determina y condiciona lo que decimos y como lo decimos. Pasa lo mismo con la Biblia. Lo que los autores dijeron estuvo condicionado por determinado momento histórico, social, religioso y político. Por eso será determinante, en tu lectura de la Biblia, precisar sobre todo el momento histórico desde donde el autor se pronuncia. Por eso la pregunta frente al texto leído será ¿Desde qué momento de esa historia habla el autor?  Podemos resumir la historia o el drama de la salvación en seis actos: la creación, la rebelión, la elección de Israel y su fracaso, la encarnación para cumplir la vocación de Israel, la iglesia y el futuro. Te darás cuenta, por ejemplo, que los libros de los reyes y las crónicas, aunque similares en sus temáticas, responden a tiempos e intereses diferentes. Descubrirás que el contexto histórico de los profetas es el tiempo de los reyes (Is 1:1-2). Y notaras la importancia del porque los evangelios sinópticos introduzcan el ministerio de Juan el bautista con alusiones  que en el AT hablan del momento histórico del exilio (Mr 1:2-6 Cp. Is 40:3,4).
            La segunda pregunta se da en el evento de que tu texto sea del AT, una vez hayas trabajado tus preguntas relativas a la exegesis y dado que la revelación apunta a un clímax entonces te preguntas ¿Hacia a donde a punta este texto en la revelación Bíblica, se gasta allí o es redefinido en otra parte? Por ejemplo, el salmo 84 habla de las bondades de estar en el templo como lugar y espacio para encontrarse con Dios. El salmista está a la altura de su tiempo. Vive de acuerdo con la revelación allí y entonces, ¡desea estar en la presencia de Dios! Sin embargo, cuando hacemos la pregunta, ¿Hacia a donde a punta este texto en la revelación Bíblica, se gasta allí o es redefinido en otra parte?, nos damos cuenta que en el NT el templo es ahora Cristo, él es quien nos aglutina, nos congrega y convoca para la adoración. El templo es Cristo y por extensión la Iglesia (Jn 2:19-20; 4:21 Cp. Ef 2:18-20; 1 Cor 6:19; 1P 2: 4,5) Ya te has dado cuenta Samuel que Cristo no solo es clímax sino también puerta hermenéutica. Es decir, no podemos seguir leyendo el AT como si Cristo no hubiese venido (Lc 24:27).
            Ahora, si el texto es del NT la pregunta para hacer es ¿De donde viene o se alimenta este texto? Para esto quiero recordarte que el NT no funciona como entidad literaria y teológica aislada, sino que el AT provee el marco de referencia para la interpretación del NT. Hay asuntos que el NT da por sentado y no define por la sencilla razón de que el AT ya lo hizo. El NT, por ejemplo, no define sacrificio, pecado, pacto, santidad. Ahora, si no podemos leer el AT como si Cristo no hubiese venido, tampoco podemos leer el NT que trata de Cristo y su obra como si el AT no existiera. No es casualidad que Mateo empiece, con su genealogía, diciendo que no podemos entender a Jesús sino lo enmarcamos en la historia de un pueblo: el pueblo judío (Mt 1:1-18). Un cristo sin historia es docético. Entonces, en los primeros versículos de Efesios (1:3-14), por ejemplo, el escritor argumenta que los creyentes lo son por la redención a través de “la sangre de Cristo” (Ef 1:7); para entender este texto debes remitirte a los relatos de la pascua (Ex 12-13). El Éxodo se convierte en paradigma de salvación aun dentro del mismo AT (Cp. Is 40:1-33). Así, lo que el apóstol esta diciendo es que la iglesia es ahora en pueblo del éxodo, y que la sangre de Jesús, como la del cordero en la pascua, hizo posible la liberación, no de Egipto, sino del pecado. Así mi querido Samuel estudiar el texto es como estar dentro de tu casa, hacer teología Bíblica es tomar un mapa de la ciudad y saber con certeza en que lugar esta ubicada tu residencia. Continuará.

[1] GOLDSWORTY, Graeme, Estrategia Bíblica: una teología Bíblica de la salvación. Andamio-Terrasa (Barcelona), p 31-32, 2003.
[2] WRIGHT, T.N, Sorprendidos por la esperanza: repensando el cielo, la resurrección y la vida eterna. Convivium Press-Miami (Florida), p 360, 2011.

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