domingo, 9 de enero de 2011

Dime cómo oras y te diré en qué crees...

Dime cómo oras y te diré en qué crees…
Anti-modelo y modelo de la oración.
Mateo 6:5-8
EN VOZ ALTA.04.
Jovanni Caballero Doria
La exposición de tu Palabra alumbra. Salmo 119:130
No cabe duda de la importancia que tiene la oración en la vida del creyente y de la iglesia. A Martín Lutero, por ejemplo, se le atribuye el aforismo “el que ora y no actúa es un hipócrita, el que actúa y no ora es un orgulloso”; el libro de las confesiones de Agustín de Hipona no es otra cosa que la oración sincera de un gran hombre de la Iglesia; en la obra cristiana del primer siglo la Didaché a los creyentes se les manda orar  tres veces al día la oración de Jesús. Los anteriores ejemplos, incluyendo el popular: “cristiano que no ora el diablo lo devora”, son muestras claras de lo expresado al inicio. Sin embargo, dada la popularidad del tema en la piedad cristiana, parece que lo que se diga al respecto sobra; tal actitud ha llevado a que se introduzcan en la oración elementos extraños que no solo desdibujan esta disciplina sino también al Dios a quien clamamos. 
En el capítulo 6:1-18 de Mateo Jesús re-direcciona, no descarta, tres prácticas clave de la piedad judía en su tiempo[1]: la limosna (6:1-4), la oración (6:5-15), y el ayuno (6:16-18). En la sección que nos ocupa, la de la oración, presenta antes que nada un anti-modelo de oración, es decir, antes de enseñar a orar enseña cómo no orar; de esta forma, la estructura del texto se presenta tanto en paralelo como en contrastes, así[2]: primer anti-modelo, los hipócritas (v5); primer modelo, la oración en secreto (v6); segundo anti-modelo, los gentiles (v7); segundo modelo, el Padre nuestro (v8).
Jesús arremete en primer lugar contra el modelo (anti-modelo) exhibicionista de los hipócritas, cuyo único interés es elevar su rating de popularidad entre los escuchas. Los hipócritas son actores de la piedad, están haciendo un papel que no representa lo que en realidad son. Al llamarlos así, Jesús hace humor fino y los deja al descubierto. Los que oran de esta manera no están interesados en la piedad sino su reputación de piedad[3]. Junto a este anti-modelo Jesús presenta el modelo de la oración en privado, cuyo auditorio ya no es la gente de las esquinas y las plazas, sino Dios (v6). De esta manera, “la antítesis de lo público contra lo privado es una buena prueba de los motivos de alguien; la persona que ora más en público que en privado revela que está menos interesada en la aprobación de Dios que en la alabanza humana”[4].
En segundo lugar Jesús presenta y descarta el modelo (anti-modelo) de los gentiles que se centra en la concepción pagana de que hay que informar, incomodar, manipular e impresionar a la divinidad con la cantidad de palabras expresadas en la oración (v7). Este modelo recuerda la extravagancia y la desesperación de los profetas de Baal, ante lo simple de la oración del profeta Elías (1 Rey 18:20-40). Keener dice que “las oraciones griegas sumaban la mayor cantidad de títulos posibles que tenía la deidad a la cual se oraba, esperando con esto asegurar su atención… las oraciones paganas recordaban a la deidad los favores que uno había hecho o los sacrificios ofrecidos, esperando obtener una respuesta del dios sobre una base contractual”[5]. En contraste a este modelo, Jesús presenta en el Padre nuestro a un Dios que no sólo ve en lo secreto, sino que también conoce las necesidades de sus orantes; porque ve y conoce, este Dios no puede ser manipulado, informado, incomodado, pero tampoco permite que sus orantes rayen en la desesperación (vv8-15).
Cabe anotar un detalle antes de concluir. En el segundo modelo Jesús dice que el Padre celestial sabe las necesidades de sus hijos antes de que se las comuniquen en oración. Entonces, ¿para qué se ora? La respuesta es tan sencilla como profunda: se ora no para informar a Dios, sino para tener relación con él. La concepción de que la oración es para informar a Dios, es pagana; no hace juicio a la imagen bíblica del padre que se deleita en suplir las necesidades de sus hijos. De esta forma, los discípulos de Jesús no son escuchados en virtud de la piedad extravagante o de su capacidad de oratoria; son escuchados en virtud de su condición filial: son hijos de Dios.
Para concluir, hay que decir que la forma como oramos refleja lo que creemos de Dios o la imagen que tenemos de él; dicho en otros términos, nuestra forma de orar refleja nuestra teología; o en palabras más populares dime cómo oras y te diré qué teología tienes. Nuestra responsabilidad es revisar constantemente nuestras formas de orar,  no sea que nos hallemos orando a los hombres y no a Dios; revisar que nuestras oraciones no desdibujen a Dios, creyendo, como los paganos, que mucha oración es igual a mucha bendición, y poca oración, igual a poca bendición. Debemos guiar a las comunidades donde Dios, por su gracia, nos ha puesto a servir, y enseñarles que si lo están haciendo mal, no tienen que necesariamente dejarlo de hacer, sino hacerlo bien.                                                             
                                                                                                                                                Fin… Oremos



[1] El adverbio temporal ταν (cuando), usado en el 6:2, 5,16, muestra que Jesús hace referencia a prácticas comunes a la vez trata de corregir sin eliminarlos por completo.
[2] Se propone la siguiente estructura paralela:
A. primer anti-modelo: los hipócritas, v5.
       B. primer modelo: la oración en secreto, v6.
       A’. segundo anti-modelo: los paganos, v7.
B’. segundo modelo: el Padre nuestro, v8ss.
[3] CARSON, D.A, Comentario Bíblico del expositor: Mateo, Vida- Miami Florida, 2004, p 186.
[4] Ibid, p 186.
[5] KEENER, Craig S, Comentario cultural de la Biblia Nuevo Testamento: el trasfondo cultural de cada versículo del Nuevo Testamento,  Mundo Hispano- El Paso Texas, 2006, p 55.


2 comentarios:

  1. Como siempre, muy buen mensaje Jovanni. Muchas gracias.

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  2. enhorabuena! caballero.
    De verdad que todas las enseñanzas compartidas del pastor marcos diaz y de usted, han hecho de personas como yo, interesantes en la manera de actuar, caminar, reir y dar a conocer esta maravilla de conocimientos entregados, primero sin ninguna retribucion, segundo, con gran profesionalismo, dicho de estos conocimientos poco conocidos ante la luz publica, como es que debemos conocer de la gran verdad escrita por DIOS, y no sufrir por su verdad malinterpretando su palabra, gracias de verdad por dejar nacer esta idea por este mundo donde la gran mayoria utiliza la web con fines diferentes, yo si lo aprovecho! saludos y gracias...

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