lunes, 23 de septiembre de 2024

EL DÍA QUE DIOS SALIÓ A MATARME

 

EL DÍA QUE DIOS SALIÓ A MATARME.

Ex 4:24-26

convozalta.blogspot.com/Jovanni Caballero 210

Hola, buenas, soy Moisés, y trataré de explicarte aquí un texto difícil de entender, pero, que hace parte de sus Biblias. Qué bueno que se incluya ese texto paradójico y contradictorio porque creo que, de una u otra manera, la Biblia es como sus escritores y protagonistas: llena de paradojas y contradicciones, asuntos estos que ustedes, con sus mentes modernas, quieren a veces evitar en vez de “celebrar y asumir”. Vamos por punto.

 1. El texto hace parte de un bloque literario más amplio que en la Biblia tienen un nombre específico: se les conoce como “Relatos de Vocación” (Is 6:1-12; Jer 1:1-10; Hech 9:1-22). Estos tienen básicamente dos propósitos: 1). Legitimar ante la comunidad a la cual se escribe el liderazgo de la persona sobre la cual se cuenta, 2). Entender las vocaciones individuales en el marco de la misión de Dios para Israel y las naciones, es decir, el llamamiento individual existe en virtud de un plan global. Y aquí entra mi “Relato de Vocación”, está en Éxodo capítulos 2-4. Aquí, antes de convertirme en “Liberador”, tengo que ser Liberado.

 2. Y ahí, ya casi al final del relato y como “elemento paradójico y contradictorio”, está el “bendito texto”, fruto de esa “oscura experiencia”. Así lo pone el editor: “Y aconteció en el camino, que en una posada el Señor le salió al encuentro, y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión (Ex 4:24-26).

 3. Si ustedes quitan ese relato, estos versículos, de sus Biblias, la narración no pierde sentido; esto se llama en narración, “una Digresión literaria”: consta de una interrupción del argumento que luego el autor retoma.  Lo que parece extraño es, todo ese trato de Dios conmigo-desmontar mis miedos y librarme de la culpa- para después “asesinarme”, tendríamos que preguntarnos, ¿qué clase de Dios es este? ¿A qué juega? Barbaglio va a preguntar: “¿Dios violento?”, en su trato del “Bifrontismo” del Dios en el Antiguo Testamento.

 4. Mira, venía yo de donde mi suegro, con su bendición y la de Dios, y nos quedamos en un lugar para pernoctar o pasar la noche. Me acosté super cansado después de una larga jornada, y de repente, no sé y en un sueño o despierto, me encuentro luchando con alguien y Séfora, me dice después, que me escuchaba decir: “No me vayas a matar, Señor; no”. Y musitaba: “circuncisión, si, circuncisión”.  Séfora ve mi agonía, corta el prepucio de mi hijo y lo pasa por mis genitales, como señal de “mi circuncisión”. Y me desperté cuando ella me dijo: “Eres para mí un marido de sangre”. Recuerden que para nosotros la sangre era un indicador de pacto y vida, el pueblo que pasa por el Mar es después “rociado con sangre”. Me gusta pensar que Séfora dice: “eres para mi alguien que ha pasado por una experiencia dolorosa de transición y que hoy tiene vida”.

 5. Así, esta experiencia cierra para mí el relato de vocación, necesitaba ser confrontado, simbólicamente, por esta experiencia de muerte y vida, la que encierra la circuncisión; aunque yo mismo diga después que la circuncisión más importante no es la del Pene, sino la del Corazón (Dt 30:6). Jeremías e Isaías, en sus llamados, tuvieron experiencias similares (Jer 1:6; Isa 6:7).

 6. Yo sé que está explicación no “responde todas las preguntas” sobre este sucedo, pero, este episodio hacía parte, en el mundo antiguo, de “experiencias o ritos de transición” y, es similar a la que, en la oscuridad también, vivió el abuelo Jacob. Se supone que, después de eso, simbólicamente, amanece un nuevo día.  Por eso, la idea no es “Desmitologizar” la Biblia, como pensó la Teología Liberal del pasado siglo; lo que hay que hacer es “Remitologizar” la Biblia, es decir, resaltar su imaginería y carácter simbólico. ¿Te extraña esto del “Dios que sale a matar”? Pues, ustedes los cristianos también creen algo similar y tienen ritos de transición, experiencias simbólicas de muerte. Si.

 7. Por ejemplo: La misma figura y experiencia bautismal, es una experiencia de muerte y resurrección (Rom 6; Gal 2:20). Esta figura, de muerte como paso y transformación, es común en varias espiritualidades y religiones. Así, Jesús no murió para que tu no murieras, murió para enseñarte como atravesar la muerte y ser transformado. En Jesús, DIOS-como me pasó a mi-sale para MATARTE.       Fin.

           

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